La agencia aseguró que la operatividad del proyecto, considerado la versión europea del GPS estadounidense, no se ha visto afectada.
El director general de la ESA, Jan Woerner, precisó en conferencia de prensa que se han averiado seis relojes “máser” pasivos de hidrógeno y otros tres estándar de frecuencia atómica de rubidio, cuyos errores se están investigando.
Cada satélite está equipado con dos relojes “máser” de hidrógeno, uno que sirve de referencia principal para la generación de señales de navegación y otro que se utiliza como reserva, y con otros dos de rubidio, que están como apoyo de los anteriores en caso de fallo, por lo que siempre hay alguno operativo.
“Es un tema sensible”, admitió Woerner, que destacó la importancia de esos relojes para el buen funcionamiento del sistema y dijo no saber todavía si va a ser posible “reanimarlos”. El director general advirtió de que, aunque la operatividad del Galileo no se ha visto cuestionada, si esos fallos empiezan a ser “sistemáticos, hay que tener cuidado”.
La agencia, apuntó, se encuentra estudiando si paraliza el envío de nuevos satélites hasta haber dado con la solución o si mantiene los lanzamientos, porque eso supondría un mayor número de relojes tanto activos como de reserva en órbita.
La ESA recuerda en su web que, “conceptualmente”, los usuarios de Galileo determinan su posición mediante la medición del tiempo que tardan en llegar a ellos las ondas de radio transmitidas por los satélites, por lo que la precisión de esa medición es importante.
Woerner admitió que todavía no se saben las causas del fallo detectado, pero insistió en que el hecho de contar con reservas ha posibilitado que actualmente todos los satélites de la constelación sigan en funcionamiento.
El director general aprovechó para defender la apuesta europea por este sistema de navegación propio, pese a que se contaba ya con la versión estadounidense.
“Si quieres ser competitivo no puedes depender de la tecnología de otros”, concluyó Woerner, que dijo no tener miedo de asumir riesgos y subrayó que, si solo se apuesta por tecnología ya conocida, nunca habría avances.