La empresa obtuvo entre abril y diciembre de 2012 un beneficio neto de 14.545 millones de yenes (unos 118 millones de euros), principalmente por el volumen de ventas de esas dos consolas, lanzadas durante este periodo.
El dato contrasta con la pérdida neta de 48.351 millones de yenes (unos 394 millones de euros) que la compañía sufrió en el mismo periodo de 2011, y supone la primera vez que el gigante de los videojuegos no presenta números rojos desde abril de 2011.
Nintendo lanzó su nueva consola portátil 3DS XL, con una pantalla casi dos veces más grande que la de la 3DS, en julio de 2012, y hasta diciembre logró comercializar 7,05 millones de estos aparatos, además de vender 39,56 millones de unidades de videojuegos para los dos sistemas entre abril y diciembre.
Además, el pasado 30 de noviembre la compañía de Kioto sacó al mercado Wii U, su nueva consola doméstica y la primera de la llamada octava generación, sobre la cual ha centrado buena parte de su estrategia a corto y medio plazo.
En apenas un mes la empresa ha colocado 3,06 millones de unidades del dispositivo, así como 11,69 millones de juegos para Wii U, cifras contundentes pero que se sitúan por debajo de lo previsto por la compañía, sobre todo al tratarse de la temporada navideña.
De hecho, esto ha provocado que la creadora de "Super Mario" haya reducido su previsión con respecto al número de Wii U que pretende vender durante todo el año fiscal 2012, que en Japón concluye el 31 de marzo de 2013, de 5,5 a 4 millones de unidades, un 27,2 por ciento menos que lo previsto en octubre.
Esto y la apreciación del yen a lo largo de 2012 han llevado a la compañía a reducir su previsión de ingresos por ventas para el presente ejercicio hasta los 670.000 millones de yenes (5.452 millones de euros), un 17,3 por ciento menos con respecto a la anterior previsión publicada por Nintendo.
Ese encarecimiento del yen con respecto a las principales divisas ya ha difuminado en parte el éxito de las nuevas consolas de la firma, cuyas ventas entre abril y diciembre se situaron en 543.033 millones de yenes (4.417 millones de euros) , un 2,4 por ciento menos que en el mismo periodo de 2011.
Esto se debe a que, pese a vender más productos, los ingresos de Nintendo fueron menores por el encarecimiento del yen, que recortó sus beneficios al repatriarlos del extranjero, donde registró el 66,4 por ciento de sus ventas totales entre abril y diciembre de 2012.
Pese a ello, el fabricante de videojuegos espera obtener al término del presente curso fiscal un beneficio neto de 14.000 millones de yenes (113 millones de euros) , un 57 por ciento más que lo estimado en octubre de 2012.
De este modo, Nintendo lograría completar el ejercicio en positivo después de que en el año fiscal 2011 registrara una pérdida neta de 43.204 millones de yenes (351 millones de euros) , la primera de su historia, motivada también por el encarecimiento del yen.