La cita comienza el lunes y reúne a un mundo tecnológico, cada día más grande, que gira en torno a las telecomunicaciones.
Si el CES de Las Vegas del mes de enero es la feria donde se presentan las novedades de electrónica de consumo, el MWC de Barcelona es el encuentro de la conectividad de esos productos.
A la llamada de la asociación de operadores de telecomunicaciones GSMA, que organiza el MWC, acuden todas las empresas del sector, desde fabricantes de redes y de dispositivos a desarrolladores de aplicaciones y de contenidos, pasando por empresas de seguridad, de tarjetas de crédito, consultoras, distribuidores o recicladores de móviles, con el objetivo común de hacer más grande el mundo del teléfono móvil inteligente.
Es un encuentro que crece cada año, con una cifra estimada de 75.000 asistentes para esta edición, porque el mundo de la movilidad se extiende sin parar.
La casa inteligente, un concepto del que se empezó a hablar en los años 90, se hace realidad a través del móvil inteligente que permite su control desde cualquier lugar, pero que adquiere una fuerza mayor con el concepto de comunicación máquina a máquina por el que todos los electrodomésticos de la casa pueden interactuar entre sí y sus desarrollos se verán en el MWC.
El automóvil, que ha estado presente en todas las ediciones del Congreso de Móviles de Barcelona, tiene este año un puesto especial debido también al desarrollo de las tecnologías de comunicación entre máquinas.
El coche no es ya sólo un espacio en el que se puede conectar a internet, sino que también habla con el hogar y las comunicaciones máquina a máquina se convierten en un elemento de seguridad, controlando el funcionamiento del coche e interactuando con su entorno para evitar accidentes.
En el MWC se verán nuevos smartphones, algunos ya presentados en el CES y otros que lo harán en este encuentro, pero los que tendrán mayor desarrollo serán los pequeños dispositivos “smartwarables” que se comunican con el móvil y permiten manejarlo sin sacarlo del bolsillo.
Toda esa conectividad necesita unas redes cada vez más robustas y veloces que faciliten el crecimiento del número de usuarios y el uso intensivo que hacen de los móviles.
En el MWC se verán ya prototipos de la tecnología Carrier Agregation, que consiste en sumar distintas bandas del espectro para conseguir velocidades de hasta 63 megabits por segundo con las redes de tercera generación y hasta 300 con las de cuarta generación.
Pero los usuarios no sólo consumen contenidos en la red, cada vez producen más vídeos que quieren subir a internet y que chocan con velocidades muy inferiores a las que se consiguen de bajada, por lo que los fabricantes trabajan para incrementarlas, de forma que con la agregación de bandas se llega hasta velocidades de subida de hasta 50 megabits.
Otros desarrollos de la cuarta generación LTE serán protagonistas del MWC, como por ejemplo las primeras experiencias de “roaming” o interconexión de redes de distintas operadoras en cuarta generación, que permitirán navegar a alta velocidad por móvil también cuando se viaja al extranjero.
El LTE Broadcast resuelve el problema de la saturación de las comunicaciones cuando se ven vídeos por móvil, por ejemplo la repetición de una jugada de fútbol, en grandes concentraciones.
Esta tecnología llegará a los móviles de entre 100 y 150 euros de precio este mismo año.
Pero el gran reto está en la batería de los dispositivos, un elemento esencial en este mundo de las telecomunicaciones en el que los fabricantes trabajan para conseguir que puedan cargarse en muy poco tiempo y en nuevas posibilidades de carga inalámbrica. En este sentido, lo más llamativo que se verá dentro de las baterías en el MWC es la demostración de carga inalámbrica para automóviles eléctricos.
Otra línea de trabajo de los fabricantes de chips es conseguir procesadores más eficientes para los móviles, de forma que consuman menos batería y que estas, por supuesto, sean de mayor capacidad y pequeño tamaño.
Esta es sólo una pequeña muestra de las innovaciones que se van a ver en el MWC, un lugar de encuentro del sector tecnológico en el que es imposible ver todo lo que allí se expone.