El aplazamiento del lanzamiento previsto inicialmente para este sábado en la base de Cabo Cañaveral (Florida) se debió a un problema en el sistema de helio gaseoso que surgió momentos antes del despegue, señaló la NASA y precisó que la próxima ventana de lanzamiento se abre el domingo a las 07:31 GMT.
Del tamaño de un automóvil y con un costo de 1.500 millones de dólares, la Parker Solar Probe debe ser lanzada por el cohete Delta IV. De alcanzar su objetivo, Parker se convertirá en la primera nave construida por el hombre que enfrente las infernales condiciones de la corona, la parte más externa de la atmósfera del Sol, pasando a unos 6,2 millones de kilómetros de la superficie de la estrella.
Acercándose más al Sol que cualquier nave espacial en la historia, el objetivo principal de la sonda es desentrañar los misterios de esta estrella, en especial, la inusual atmósfera de su superficie. Durante los siete años que debe durar la misión, está previsto que Parker cruce 24 veces la corona, unas 300 veces más caliente que la superficie del Sol.
La nave está protegida por un escudo compuesto de carbono de una docena de centímetros de espesor que debe proteger los instrumentos científicos que ella transporta de una temperatura de casi 1.400 grados centígrados. Dentro de la sonda, sin embargo, la temperatura debería ser solo de 29 grados. Cuando esté cerca del Sol, la sonda Parker recorrerá el equivalente de un trayecto entre Tokio y Nueva York en un minuto: una velocidad de 700.000 km/h, lo que la convierte también en el objeto más rápido construido hasta ahora por el hombre.
La corona del Sol no solo es 300 veces más caliente que su superficie, sino que también emite poderosos plasmas y partículas energéticas que pueden liberar tormentas geomagnéticas espaciales, causando estragos en la Tierra al interrumpir la red eléctrica. Pero se sabe poco sobre estas explosiones solares.
“Parker Solar Probe nos ayudará a hacer un trabajo mejor al predecir cuándo ocurrirá una perturbación de los vientos solares que podría afectar a la Tierra”, dijo Justin Kasper, uno de los científicos del proyecto y profesor de la Universidad de Michigan. “La sonda Parker podría ayudarnos a predecir mejor cuándo podría golpear la Tierra una tormenta solar”, añadió Kasper.
Como una señal del interés puesto en esta misión, Parker es la única nave de la NASA que lleva el nombre de un científico aún vivo, el famoso astrofísico Eugene Parker, que ahora tiene 91 años. Él fue el primero en desarrollar la teoría de los vientos solares supersónicos en 1958, que estudiará ahora esta sonda que lleva su nombre, ante lo cual se dijo “impresionado”.
“El Sol está lleno de misterios”, comentó Nicky Fox, miembro del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins y científico responsable de la misión. “Estamos listos (...) Sabemos cuáles son las preguntas para las que queremos respuestas”.
Desde hace más de 60 años los científicos han soñado con construir una máquina de ese tipo, pero solo recientemente la tecnología ha permitido fabricar el escudo necesario, agrega. Las herramientas de la sonda deben medir las partículas de alta energía, las fluctuaciones magnéticas y tomar imágenes para comprender mejor esta corona, que es “un entorno muy extraño y poco familiar para nosotros”, sostuvo Alex Young, un especialista del Sol en la NASA.
“También escucharemos las ondas de plasma que sabemos que están circulando cuando las partículas se mueven”, agrega Nicky Fox.