Según un comunicado del Observatorio Espacial Europeo (ESO), el grupo internacional de científicos ha calculado, con una técnica novedosa, que estos granos de se encuentran a -266 grados centígrados, a tan sólo 7 grados del cero absoluto o cero Kelvin, cuando los modelos estimaban que estarían entre 8 y 15 grados más calientes.
“Para resolver esta discrepancia, y dado que alcanzan temperaturas tan bajas, las características de estos grandes granos de polvo deben ser diferentes a lo que se creía hasta ahora”, indica la nota de la ESO.
De confirmarse que estas temperaturas son “normales” en los discos protoplanetarios, “esto podría tener muchas consecuencias para la comprensión de cómo se forman y evolucionan”. No obstante, aún no es posible evaluar si estas diferencias en las propiedades del polvo son significativas o no, según los expertos.
“Para establecer cuál es el impacto de este descubrimiento en la estructura del disco, tenemos que encontrar qué propiedades del polvo pueden resultar plausibles a temperaturas tan bajas”, explica Emanuel di Folco, científico del Laboratorio de Astrofísica de Burdeos y coautor del estudio.
Entre las posibilidades que barajan se encuentra, por ejemplo, que la temperatura pueda depender del tamaño del grano, “siendo los granos más grandes más fríos que los más pequeños”, añade.
La medición se ha realizado en granos de polvo de un milímetro de diámetro que se encuentran en el disco protoplanetario llamado “Platillo volante” alrededor de la joven estrella 2MASS J16281370-2431391, en la región de formación estelar de Rho Ophiuchi, situada a 400 años luz de la Tierra.