Los investigadores, que utilizaron técnicas avanzadas para el análisis de ADN y registro geológicos, coincidieron que una serie de rápidos y cortos eventos sumieron La Tierra en un calentamiento que propició la desaparición de estos enormes mamíferos.
“Este abrupto calentamiento tuvo un profundo impacto en el clima que causó cambios marcados en la precipitación global y los patrones de vegetación”, apunta Alan Cooper, profesor de la Universidad de Adelaida y jefe de la investigación, en un comunicado.
Los expertos refutan así la muerte por periodos máximos de frío e incluso por la presencia de los humanos, aunque estos también jugaron un importante rol.
“El surgimiento de los seres humanos aplicó el golpe de gracia a una población que ya se encontraba bajo presión”, señala el experto.
Los investigadores también alertan de la acción del hombre en el actual calentamiento del medioambiente y sus futuras repercusiones respecto a una posible extinción moderna.
Los mamuts habitaron predominantemente en América del Norte desde su aparición en el Mioceno tardío hasta su extinción al final del Pleistoceno, hace 11.000 años.