Los investigadores de la Universidad de Washington, en Seattle (EE.UU.), descubrieron que las mujeres son, en promedio, entre un 25 % y un 75% más lentas para darse cuenta del movimiento.
Los expertos analizaron la rapidez de ambos sexos en determinar si unas barras negras y blancas proyectadas en una pantalla se movían hacia la derecha o hacia la izquierda, lo que requiere generalmente de una décima de segundo para advertir, y hallaron esta “sorprendente” diferencia.
“Estábamos muy sorprendidos. Hay muy poca evidencia de diferencias entre sexos en el procesamiento visual de bajo nivel, especialmente diferencias tan grandes como las que encontramos en nuestro estudio” , apuntó el científico Scott Murray, de la Universidad de Washington.
Los investigadores, sin embargo, aseguraron que la percepción más rápida del movimiento por parte de los hombres “puede no necesariamente reflejar un mejor procesamiento visual” .
En este sentido, señalaron que se han observado mejoras de rendimiento similares en esta misma tarea en individuos diagnosticados con trastorno del espectro autista o depresión y en personas mayores.
Murray y su equipo encontraron esta diferencia de manera “completamente fortuita”, ya que estaban usando ese programa para estudiar las diferencias de procesamiento en individuos autistas. “La diferencia sexual en la percepción visual del movimiento se hizo inmediatamente evidente”, apuntaron.
Para confirmar los hallazgos, los investigadores consultaron con otros colegas que habían usado la misma tarea en sus propios experimentos para obtener datos adicionales que representaban un mayor número de participantes, que mostraron el mismo patrón.
Murray y sus colegas informaron de que la diferencia de sexo observada en la percepción visual no puede explicarse por las diferencias generales en la velocidad del procesamiento visual o las habilidades de discriminación visual.
En estudios posteriores, los investigadores esperan descubrir las diferencias subyacentes en el cerebro que puedan explicar la discrepancia entre hombres y mujeres.
Hasta ahora, las imágenes cerebrales de las áreas clave de procesamiento de movimiento no han ofrecido ninguna pista, lo que sugiere que la diferencia puede originarse en otras partes del cerebro o que puede ser difícil de medir con las técnicas actualmente conocidas.