Los asteroides más pequeños son los más peligrosos

FRÁNCFORT. Los científicos coinciden en que los asteroides más pequeños son los más peligrosos y los que hay que vigilar y detectar mejor para prevenir un impacto sobre la Tierra, que podría causar muchas muertes.

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Esta es una de las conclusiones a la que llegan científicos de todo el mundo reunidos hoy y mañana en Luxemburgo, con motivo de la celebración de Día del Asteroide, el 30 de junio. Otra es que la prevención es muy importante y que para ello hay que desarrollar misiones para detectar y seguir asteroides y, finalmente, desviarlos de su trayectoria si representan una amenaza para la Tierra. Por ello la Agencia Espacial Europea (ESA) solicitará en el Consejo de Ministros de diciembre de 2019 la aprobación de la misión Hera, cuyo coste es de 250 millones de euros (289 millones de dólares).

Entre sus objetivos, Hera iría a medir el resultado de una misión previa la NASA, la DART (Prueba de redirección de un asteroide doble) , que en octubre de 2022 pretende desviar al asteroide de dos cuerpos Didymos, cuya trayectoria actual le debería llevar a pasar ese año a solo 11 millones de kilómetros de la Tierra.

El director del proyecto Hera, Ian Carnelli, dijo a Efe que “esta misión complementará la estadounidense, es una oportunidad única de completar el experimento y de colaboración internacional”. Se trata, además, de la primera misión hacia un asteroide binario, de dos cuerpos, y la contribución europea a un gran experimento de defensa de la Tierra.

El sistema binario Didymos está formado por dos cuerpos: Didymain, de 780 metros de diámetro y el tamaño de una montaña, y Didymoon, una luna de 160 metros, del tamaño de la Gran Pirámide de Giza, que orbita a su alrededor.

La colisión de la misión de la NASA cambiará la velocidad de la luna en su órbita alrededor del cuerpo principal en una fracción de un 1 %, que se podrá medir con los telescopios desde la Tierra. DART impactará en la luna de Didymos a 1,5 metros del centro y desacelerará su periodo orbital de 12 horas sólo en 5 minutos, o 0,5 milímetros por segundo, una cantidad muy pequeña pero suficiente para cambiar su velocidad, desviarlo y evitar que alcance la Tierra, dijo Carnelli.

El ingeniero aeroespacial añadió que estos datos son nominales, en la teoría, pero que cuando se realice el experimento se creará un cráter, que desprenderá material, y por ello la ralentización de la órbita podría ser mayor.

La NASA quiere con este proyecto demostrar que se puede proteger a la Tierra de futuros impactos de asteroides y para ello DART interceptará la luna de Didymos a comienzos de octubre de 2022. La ESA quiere llegar a ese asteroide cuatro años después, en el 2026, para medir cuánto se ha movido el asteroide, su dinámica física, sus propiedades y realizar imágenes de alta resolución del cráter que generado por DART, explicó Carnelli.

El experto advirtió de que, precisamente, “los asteroides más pequeños son los más peligrosos porque reflejan menos luz y se ven menos y, aunque hoy en día no existe una amenaza para la población, cuando exista, no habrá tiempo para hacer algo y por ello es importante prevenir”.

La mayoría de los asteroides orbita en el cinturón entre Júpiter y Marte, conocido como el de los asteroides, pero algunos han entrado en el interior del Sistema Solar y cruzan la órbita terrestre. Estos son los peligrosos y los que, según los expertos, merecen la atención. La misión Hera, que toma su nombre de la diosa griega del matrimonio y que la ESA propondrá con más detalle en marzo del próximo año, tuvo una antecesora a la AIM (Misión de Impacto contra un Asteroide) y a la Don Quijote para investigar cómo se podría desviar un asteroide en caso necesario, cuyo contratista principal era la compañía española Deimos Space, que no salieron adelante por cuestiones presupuestarias.

“Un asteroide de 160 metros, como la luna de Didymos, representa una amenaza mayor y crearía daños independientemente de dónde cayera, probablemente en el agua, creando un tsunami. Podría destrozar una ciudad como Madrid o París o una más grande y morirían personas”, según Carnelli.

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