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Lo informó hoy la revista National Geographic, que sigue de cerca los progresos de los trabajos de restauración del Santo Sepulcro, iniciados en junio pasado por arqueólogos.
En la fase inicial, explicó el arqueólogo Fredrik Hiebert, el equipo guiado por Antonia Moropoulou, de la Universidad Técnica Nacional de Atenas, removió una lápida externa de mármol que se colocó allí, se estima, a más tardar en 1555.
“Nos sorprendió el hallazgo, por debajo, de una gran cantidad de material de relleno”, que en este momento está siendo analizado, agregó. Hiebert sostuvo que “llevará tiempo terminar las labores pero finalmente estaremos en condiciones de ver la superficie original de roca sobre la cual, de acuerdo a la tradición, fue colocado el cuerpo de Jesús”. Según la publicación, los investigadores apuntan a desentrañar cuál era la forma original del sepulcro y también pretenden analizar las vicisitudes históricas del lugar.
“Estamos en un momento crucial para la restauración del santuario”, dijo Moropoulou. La supervisora científica sostuvo que las técnicas que se están utilizando para analizar este monumento único en el mundo “permitirán a todos seguir los descubrimientos como si estuviesen allí, frente a la tumba de Cristo”. La cueva que acoge al sepulcro vacío tiene dos siglos de antigüedad. Con el tiempo se vio afectada por problemas estructurales y en 1947, cuando el territorio estaba bajo mandato británico, el Reino Unido se ocupó de hacerla sostener por vigas de acero, por lo que quedó encerrada en una especie de jaula. Sin embargo, en los decenios siguientes, la situación empeoró: si bien el sitio no corría peligro inmediato mostraba señales de debilidad. El deterioro se produjo, según Moropoulou, por el clima“agresivo”, es decir, la humedad producida por millones de visitantes y por las velas votivas que provocan presión térmica sobre el mármol.
También el humo es nocivo, ya que provoca la acumulación de depósitos oleosos. Por eso es necesario lo que se define como una “restauración conservacionista”, que demanda tres millones de euros y debería ser finalizada en marzo de 2017.
Según se ve en los planos, el santuario está siendo desmontado gradualmente para ser luego reconstruido de modo idéntico. Las zonas frágiles o desgastadas deberán ser sustituidas. Los trabajos se desarrollan por norma durante la noche para no dificultar la visita de los fieles.