Un equipo de científicos de las universidades de Nottingham (Inglaterra) y Glasgow (Escocia) hicieron radiografías del esqueleto Dolly, el primer mamífero fruto de la clonación de una célula adulta, así como de su hija natural Bonnie y de otros dos ejemplares clonados, Megan y Morag.
En todos los casos, las radiografías mostraron esqueletos normales, sin indicios de osteoartritis “anormal”, señalan los autores del estudio, publicado en la revista digital Scientific Reports.
Nacida el 5 de julio de 1996 en el Instituto Roslin de Edimburgo, Dolly murió el 14 de febrero de 2003 de una enfermedad progresiva del pulmón, antes de cumplir los 7 años.
Un informe señaló que tenía osteoartritis en la rodilla izquierda, lo que llevó a conjeturar con la posibilidad de que la clonación hubiera causado un envejecimiento prematuro. Sin embargo, los autores del estudio difundido hoy consideran que esta teoría no tiene fundamento.
“Hemos constatado que la prevalencia y la distribución radiográfica de la osteoartritis es similar a la detectada en ovejas concebidas de forma natural y en nuestras ovejas clonadas sanas”, sostiene Sandra Corr, experta de la universidad de Glasgow.
“En consecuencia, concluimos que la preocupación original de que la clonación había causado una osteoartritis prematura en Dolly era infundada”, añade.