La imagen, que publica hoy la revista especializada Nature, es fruto del trabajo de un equipo del Observatorio Austral Europeo (ESO) sobre la estrella supergigante roja Antares, la más brillante de la constelación de Escorpio, que está camino de convertirse en una supernova y se encuentra a unos 600 años luz de la Tierra.
Este estudio trataba de aportar pistas sobre “cómo pierden su masa de una forma tan rápida las estrellas que, como Antares, están en la fase final de su evolució”, explicó en un comunicado del ESO Keiichi Ohnaka, autor principal del artículo y profesor en la Universidad Católica del Norte (Chile).
La imagen de Antares ha sido posible gracias al interferómetro del telescopio VLT del observatorio en el desierto del Paranal (Chile), una instalación única que puede combinar la luz de hasta cuatro telescopios para crear uno virtual, equivalente a un espejo único de hasta 200 metros, con lo que logra una resolución inédita.
Con este equipamiento, el equipo ha podido medir directamente los movimientos del gas en la atmósfera de Antares y, a partir de ahí, crear el primer mapa de dos dimensiones de la velocidad de material atmosférico, algo que ha dejado alguna incógnita.
En contra de lo que esperaban los expertos, los astrónomos detectaron gas turbulento y de baja densidad mucho más alejado de la estrella de lo que esperaban encontrar según las teorías vigentes. Según el ESO, para explicar estos movimientos en la atmósfera extendida de supergiantes rojas como Antares “sería necesario un proceso nuevo y actualmente desconocido”.