Así lo determinaron los expertos tras examinar una detallada cartografía sobre la superficie lunar que elaboraron dos sondas de la NASA que orbitan el satélite desde comienzos de este año, la Ebb y Floy.
Las mediciones determinaron que la corteza de la Luna es mucho más delgada de lo que creían los científicos, con un grosor de 40,2 kilómetros.
La científica jefe de la misión, María Zuber, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, indicó que “la Luna está más quebrada y destrozada que lo que habíamos visto antes”.
A fines del 2011 se difundió un estudio según el cual la Tierra tuvo alguna vez dos lunas que chocaron a comienzos de la historia del sistema solar, y que ese impacto dio origen a la Luna actual. Sin embargo, el nuevo mapa no muestra huellas de que eso se haya producido.