“Nuestra hipótesis es que Lucy extendió el brazo para tratar de amortiguar la caída”, declaró a la AFP el antropólogo John Kappelman, de la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, tras analizar de cerca distintas fracturas en el fosil.
Lucy, que era al mismo tiempo bípeda y arborícola y medía alrededor de 1 m 10, había caído de una altura de más de 12 metros, a una velocidad de más de 56 km/h”, consideró Kappelman, cuyo estudio ha sido publicado este lunes en la revista Nature. “La muerte se produjo muy rápido”, asegura.
Descubierta en 1974 por investigadores estadounidenses y franceses en la región de Afar, en Etiopía, Lucy, que pertenece a la especie Australopithecus afarensis, es un fósil asombrosamente completo: se encontró en torno al 40% de su esqueleto.
Presentada durante largo tiempo como la “abuela de la Humanidad” , ya no es considerada como la ancestra directa del hombre, sino como una “prima muy lejana”. Sin embargo, la popularidad del fósil A.L.288-1, bautizada como Lucy por sus descubridores porque en en el campo en el que estaban sonaba frecuentemente la canción de los Beatles Lucy in the sky with diamonds, sigue siendo inmensa.
John Kappelman pudo examinar el fósil en detalle, primero en 2008 cuando Lucy se encontraba de gira por varios museos estadounidenses e hizo un parón de 10 días para ser escaneada en alta resolución en su universidad. En enero de este año, viajó a Adis Abeba, la capital etíope de la que viene la Australopithecus.
Estudiando el fósil y los escáners 3D, Kappelmand observó que el húmero izquierdo (uno de los huesos del brazo) estaba roto de una forma inusual para un fósil. “Ese tipo de fractura se produce cuando la mano toca el suelo en el momento de una caída” y esta afecta a los elementos del hombro, creando “una firma única” al nivel del húmero, explicó el investigador.
El investigador hizo confirmar este análisis por un cirujano ortopédico de Austin, el doctor Stephen Pearce. Otras fracturas, en el hombro izquierdo, el tobillo derecho, la rodilla izquierda, la pelvis y una costilla, sostienen la tesis de la caída fatal.
“Triste noticia, ¡pobre Lucy!”, comenta el paleoantropólogo Yves Coppens, que forma parte del equipo que descubrió a Lucy, junto al estadounidense Donald Johanson y el geólogo francés Maurice Taieb.
“Los arborícolas tienen, en general, una habilidad asombrosa, agilidad, equilibrio. Tras 20 años viendo arborícolas (chimpancés, gorilas, etc.) en su medio natural, jamás he visto que ocurriera algo así”, afirma Coppens, interrogado por la AFP. “Pero a priori no soy hostil a esa tesis, que vale tanto como cualquier otra, sobre todo si el investigador la argumenta bien”, añadió el profesor.
John Kappelman asegura que nunca ha visto a Lucy como una “caja de huesos”. “Al darme cuenta de la posible causa de la muerte, podía imaginármela tendida al pie de un árbol. Podía sentir empatía (...)”.
“Porque Lucy vivía al mismo tiempo en el suelo y en los árboles, características que le permitían desplazarse eficazmente sobre la tierra podrían haber comprometido su habilidad para escalar a los árboles. Su especie habría estado predispuesta a tener caídas más frecuentes” , afirma John Keppelman.
El investigador espera que su estudio suscite debates. “Ciertos científicos estarán de acuerdo y otros no”, asume, y celebra que el gobierno etíope haya hecho públicos los escáners 3D del hombro y la rodilla “para que cualquiera pueda estudiarlos y hacerse una idea por sí mismo”.