La innovación, liderada por dos universidades estadounidenses, permite a los científicos diseñar redes vasculares con un entramado complejo que imita las vías del cuerpo humano encargadas de transmitir sustancias.
Así, la técnica de impresión de órganos en 3D sería capaz de sustituir las partes del cuerpo cuya función es suministrar sangre, linfa, oxígeno y otros elementos como los nutrientes.
Los expertos han logrado, en concreto, generar un saco de aire, con hidrogel, que imita a los pulmones y que incluye vías aptas para llevar oxígeno a los vasos sanguíneos circundantes.
“Uno de los mayores obstáculos que hemos encontrado al tratar de diseñar los reemplazos de tejidos biológicos era nuestra incapacidad de imprimir en 3D la compleja red vascular que suministra nutrientes a los tejidos densamente poblados ” , explicó el profesor de la Universidad de Rice (Texas) Jordan Miller.
Miller y su equipo también informaron de que están realizando experimentos para implantar creaciones bioimpresas que contengan células del hígado, de momento sobre ratones. El profesor de la Universidad de Washington y coautor del estudio Kelly Stevens aseguró que “la ingeniería de tejidos ha luchado con esto durante toda una generación”.
“Con este trabajo, ahora podemos preguntarnos: Si podemos imprimir tejidos que se parecen e incluso respiran como los tejidos sanos de nuestros cuerpos... ¿También se comportarán funcionalmente como esos tejidos?”, cuestionó Stevens.
Para el biomédico, la incógnita es “importante” porque, según resulte el funcionamiento de esos tejidos diseñados con técnicas de bioimpresión, en el futuro se podrán aplicar en terapias o posibles trasplantes.
La necesidad de avanzar en los trasplantes de órganos impulsa los estudios e investigaciones para lograr que su bioimpresión sea efectiva y funcional, ya que mejoraría la capacidad de hacer frente a la demanda de los pacientes.