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Se denominó a esta especie con el nombre de Manihot takape De Egea & Peña-Chocarro y habita en sabanas chaqueñas, en ambientes conocidos como espartillares y sobre suelos muy arenosos. Igualmente, su rango de distribución es bastante restringido, por lo cual es posible que se trate de una especie endémica de la región.
Hasta ahora ha sido encontrada en los departamentos Boquerón y Presidente Hayes y es posible que su distribución se extienda hasta Bolivia.
Según la investigadora, Juana de Egea Elsam, el nombre que decidieron poner a la nueva especie proviene del término guaraní takape, que según el diccionario botánico latino-guaraní y guaraní-latino de Moisés Bertoni (1940), se le denomina así a una sabana arbolada o bosque abierto, similar al hábitat donde fue encontrada la planta.
“Curiosamente, el mismo término se aplica a plantas bajas que no son ni hierbas ni arbustos, sino subarbustos, por la unión de la palabra ‘takã’ (que significa rama) y el sufijo ‘pe-’, que significa bajo o enano. Ambos significados se ajustan muy bien a la nueva especie” explicó la profesional.
La profesional destacó que estos descubrimientos son muy relevantes para el mejoramiento de los cultivos porque pueden proporcionar importantes características útiles, ya sean morfológicas, cualitativas, fisiológicas o agronómicas, como por ejemplo nuevas características organolépticas en frutos, contenido nutricional, rendimientos mejorados, resistencia a nuevas enfermedades y adaptabilidad a diferentes tipos de estrés ambiental o condiciones climáticas cambiantes.
Manihot Takape fue descubierta en el Parque Valle Natural de la ciudad de Neuland. Este parque constituye una pequeña área de reserva y recreación, de muy fácil acceso. “Es muy curioso descubrir nuevas especies en áreas que son bastante visitadas, lo que me da la impresión de que el conocimiento de nuestra flora nativa está aún lejos de ser acabado” dijo.
Este hallazgo se dio en el marco de la investigación denominada: Estudio de los Recursos Fitogenéticos del Paraguay, con énfasis en los parientes silvestres de especies de importancia económica para la agricultura y la biotecnología, financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) a través del programa PROCIENCIA. La investigadora Juana De Egea Elsam, es coordinadora de la mencionada investigación.
Aporte para la ciencia mundial
La investigadora mencionó que este descubrimiento es sumamente relevante, no solo para la ciencia paraguaya, sino para el campo general y multidisciplinario relacionado con el mejoramiento de los cultivos.
El rol de estas especies puede ser fundamental para la seguridad alimentaria en un futuro próximo, por lo cual es considerado un tema importante a nivel global. El potencial de los parientes silvestres de especies cultivadas como donantes de genes para el mejoramiento de cultivos es ampliamente reconocido, tal es así que existe el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, adoptado en el 2001 por la FAO y aprobada por Paraguay a través de la Ley 3194/07.
La investigadora explicó que no se conoce aún el potencial de la especie descubierta, y que sería muy satisfactorio que sean científicos paraguayos los que lideren estos aportes.
Publicación científica internacional
El artículo sobre la nueva especie fue publicado en la revista de taxonomía botánica PhytoKeys, una revista europea, muy destacada en su ámbito. La misma es de acceso libre. El artículo sobre esta nueva especie, fue aceptado y publicado recientemente y se encuentra disponible aquí.
La publicación de una nueva especie debe seguir una serie de criterios para que la misma sea aceptada y validada por la ciencia. El nombre debe cumplir con las reglas establecidas en el Código Internacional de Nomenclatura Botánica, y el artículo debe ser revisado por pares internacionales, es decir, botánicos de mucha experiencia considerados autoridades en su área. Recién entonces, se puede considerar a una especie como válida.
La profesional, agradeció a las coautoras del trabajo; entre ellas las también investigadoras paraguayas Fátima Mereles y Gloria Céspedes, y María Peña-Chocarro, investigadora del Museo de Historia Natural de Londres. Y a todo el equipo de la Fundación Moisés Bertoni, el Centro para el Desarrollo de la Investigación Científica (CEDIC) y la Asociación Etnobotánica Paraguaya (AEPY) y finalmente al programa PROCIENCIA de CONACYT, que es hoy en día la plataforma que está potenciando al desarrollo científico en el Paraguay.