Esto es según documentos clasificados revelados por los diarios The Guardian y The New York Times.
Los documentos, filtrados por el excontratista de la NSA Edward Snowden, reflejan el creciente interés de los funcionarios de inteligencia en este tipo de juegos en los que abundan avatares de elfos u orcos, utilizados por millones de jugadores para participar en las aventuras gráficas.
En uno de ellos, fechado en 2008, se afirma que este tipo de juegos tienen el potencial para convertirse en “una rica red de comunicación de objetivos” de inteligencia y ofrecen la posibilidad de que los funcionarios de “inteligencia se escondan a plena vista”.
Asimismo, señalan que la NSA actuó en conjunto con la Government Communications Headquarters, su equivalente británica.
El informe principal, que lleva por título “Investigando el uso terrorista de juegos y entornos virtuales”, advierte del riesgo de dejar sin vigilancia este tipo de interacciones, puesto que pueden revelar gran cantidad de datos importantes como listas de amigos, historiales de comunicaciones y geolocalizaciones. Además, en una de las notas internas se indica que “los terroristas usan los juegos en línea, pero quizá no para su diversión”.
“Se sospecha que los utilizan para comunicarse de manera secreta y transferir fondos”, agregó la nota de la NSA, pero no se ofrecen detalles o evidencias de estas hipótesis.
De las compañías presuntamente afectadas solo Blizzard Entertainment, establecida en California y creadora del juego de rol World of Warcraft, se ha pronunciado al respecto.
“Desconocemos que haya ocurrido ningún tipo de vigilancia. Si se ha producido, habría sido llevado a cabo sin nuestro conocimiento o permiso”, indicó un portavoz de la compañía en un comunicado.
Entre las tecnologías rastreadas también puede figurar la videoconsola de Microsoft Xbox 360 y su servicio en línea Xbox Live.