Uno de los grandes desafíos de la inteligencia artificial ha sido lograr una victoria ante un profesional de “go”, cuyo éxito, entre otros factores, radica en la capacidad del jugador para evaluar posiciones y movimientos sobre un tablero.
El nuevo programa de ordenador desarrollado por Google DeepMind, bautizado como “AlphaGo”, derrotó recientemente en una partida a cinco juegos al profesional chino Fan Hui -tres veces campeón de Europa de “go” -, quien no logró anotarse una sola manga en este choque contra la máquina.
Hasta la fecha, los programas informáticos de “go” más exitosos llegaron a jugar al nivel de aficionados, pero nunca habían ganado a un profesional del llamado “ajedrez oriental”.
La aparición de “AlphaGo”, destacan sus creadores, podría permitir importantes avances en dominios de la inteligencia artificial que, de momento, parecen inaccesibles para los investigadores.
Según explican los expertos de Google DeepMind, “AlphaGo” usa “redes de valor” para evaluar posiciones sobre el tablero y “redes de táctica” para seleccionar los movimientos de las fichas.
Las redes neuronales artificiales de “AlphaGo” se adiestran en este juego a través de un proceso de enseñanza supervisado por un ser humano que, a su vez, se ve reforzado por el aprendizaje que obtiene la máquina al jugar contra sí misma.
En partidas contra otros programas de “go”, “AlphaGo” ha ganado el 99,8 % de choques, incluida la mantenida contra el profesional Fan Hui, destacan los investigadores.
La Asociación Británica de Go ha emitido un comunicado para felicitar a Google DeepMind por este logro, al tiempo que espera la revancha en una partida que se celebrará en marzo en Seúl contra el número uno mundial durante los últimos diez años, el surcoreano Lee Sedol.
El popular juego de “go” enfrenta sobre un tablero a dos oponentes que deben colocar alternativamente piedras negras y blancas en las intersecciones libres de una cuadrícula de 19x19 líneas.
El objetivo es dominar la mayor superficie del tablero, para lo que los jugadores deben elegir entre ubicar la fichas juntas, y protegerlas entre sí para evitar que sean capturadas, o separarlas de manera que puedan ganar terreno en la cuadrícula.
Encontrar un equilibrio entre las dos alternativas es la dificultad estratégica del 'ajedrez oriental', surgido en China hace 3.000 años, y con una clara influencia de los principios espirituales taoístas.