El páncreas artificial implantado, parecido a un reproductor MP3, está conectado al cuerpo a través de varios tubos injertados bajo la piel.
“El aparato reproduce la función biológica del páncreas para predecir los niveles bajos de glucosa y detener la administración de insulina”, indicó el miércoles un comunicado del departamento de Salud de Australia Occidental.
“Esto a su vez evita las consecuencias graves de bajo nivel de glucosa, como el coma, convulsiones y una posible muerte”, agregó el comunicado, que no indicó cuando se produjo la operación.
La Fundación de Investigación de Diabetes Juvenil (JDRF) , una organización sin fines de lucro que financió el proyecto, indicó que la tecnología monitorea los niveles de glucosa e interrumpe el suministro de insulina hasta 30 minutos antes de que ocurra un ataque hipoglucémico.
“Este dispositivo puede predecir hipoglucemia antes de que suceda y detener la administración de insulina antes de un evento previsto”, dijo Tim Jones, uno de los médicos del hospital. “Esto, unido al hecho de que la bomba reanuda automáticamente el aporte de insulina cuando los niveles de glucosa se recuperan, es un avance médico real”, agregó.
Naomi Hames, la madre de Xavier, dijo que el dispositivo ya había mejorado la vida de su hijo, afectado por la enfermedad desde la edad de 22 meses.
“El sistema es impermeable por lo que Xavier puede practicar deportes acuáticos”, dijo la madre. Además “nos da tranquilidad durante la noche”, agregó.
El páncreas artificial fue desarrollado durante cinco años en el Hospital Infantil Princess Margaret, con la ayuda de otros establecimientos, se indicó. Cada aparato tiene un costo de unos 8.100 dólares.