Un equipo interdisciplinario de investigadores chilenos y estadounidenses publicó en la revista Scientific Reports, evidencias de que el emplazamiento Pilauco, en la ciudad chilena de Osorno, en la región sureña de Los Lagos, es uno de los sitios donde los productos de la colisión del asteroide se han conservado y son medibles.
El estudió corroboró la denominada “hipótesis de la base del Younger Dryas”, que en 2007 planteó que un asteroide chocó contra la Tierra depositando varios indicadores extraterrestres y provocando un incendio que afectó sincrónicamente a más de 50 sitios en una superficie de aproximadamente 50 millones de kilómetros cuadrados que contribuyó a la extinción de la megafauna del Pleistoceno tardío.
“El asteroide, que no sabemos si fue un cometa o un meteorito, se debió haber desintegrado, ya que la concentración de elementos extraterrestres en Pilauco es más alta que en el hemisferio norte, pero no hemos encontrado los cráteres”, dijo Mario Pino, líder de la investigación, que agrupó a un nutrido grupo de científicos de diversas instituciones.
Pino, que pertenece al Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad Austral de Chile, encontró que la situación geológica de Pilauco no era común y que en el sitio se observaba un cambio ambiental muy abrupto, evidencias de un gran incendio y cambios en la calidad y cantidad de polen, todo datado hace 12.800 años mediante radiocarbono.
Fue entonces cuando se puso en contacto con investigadores estadounidenses para, a partir de la hipótesis Younger Dryas, del investigador Richard Firestone, dar inicio a este estudio, que comenzó en julio de 2015.
La investigación encontró concentraciones de platino, oro, paladio y esférulas de hierro y cromo formadas a altas temperaturas, que rara vez se encuentran en la naturaleza. Además, un pico importante en la abundancia de carbón da cuenta de un episodio intenso de quema de biomasa en sincronía con cambios dramáticos en la vegetación, estacionalidad en la precipitación y condiciones más cálidas.
El estudio concluyó que “la repentina desaparición de restos megafaunales y hongos de estiércol (en Pilauco hace 12.800 años) se correlaciona con extinciones de megafauna en las Américas” y que “el registro de Pilauco es consistente con la evidencia de impacto de Younger Dryas encontrada en sitios en cuatro continentes”.
“Tenemos pruebas de un incendio de grandes dimensiones, de cambios en la vegetación, tenemos concentraciones de platino, de oro, de paladio... La estratigrafía, el modelo de edad, la geoquímica, la botánica, la arqueología están muy claras”, manifestó Pino, apoyando la tesis de que un fragmento del asteroide colisionó en Pilauco.
El hallazgo del que da cuenta la investigación añade un componente astrofísico al sitio arqueo-paleontológico de Pilauco, lugar donde se ha verificado científicamente que la coexistencia de megafauna junto a mamíferos actuales, así como evidencias de presencia humana, entre 15.600 y 12.800 años atrás.