Al contrario, la nieve probablemente sea resultado de una mayor actividad ciclónica sobre aguas oceánicas más cálidas, que a su vez producen la pérdida del hielo, señaló el estudio publicado en la revista especializada Geophysical Research Letters.
“En esta región, las mismas (tormentas) que han causado el aumento de las nevadas en tierra firme han traído corrientes oceánicas cálidas, que a su vez entran en contacto con las placas de hielo de Antártida Occidental, lo cual resulta en su rápido adelgazamiento” , dijo en un comunicado la principal autora del estudio, Elizabeth Thomas, una paleoclimatóloga de la British Antarctic Survey.
“Así, el aumento de las nevadas que reportamos no ha causado el engrosamiento de la capa de hielo, sino que en los hechos es otro síntoma de los cambios que están impulsando la pérdida actual de hielo”.
Usando muestras de hielo que permiten examinar las nevadas caídas desde 1712 a lo largo de la costa de Antártida Occidental, los investigadores hallaron que ha habido una rápida aceleración de éstas desde los años 1990. “En los últimos 30 años del estudio, la capa de hielo ganó cerca de cinco metros más de agua de lo que había ganado en los primeros 30 años del período estudiado”.
De 1900 al año 2010, la acumulación anual de nieve aumentó 30%, señaló el estudio.
Los expertos vigilan de cerca el derretimiento del hielo de la Antártida porque éste tendrá un papel clave en el aumento del nivel del mar en los próximos siglos.