Los científicos del Instituto de Zoología de Kunming, perteneciente a la Academia China de Ciencias, descubrieron que las proteínas que componen los poros en la piel de este sapo tienen la función de reparar el tejido y ésta puede usarse en humanos.
“Las reparaciones de las heridas deben estar libres de cicatrices, así se reduce el peligro de que las funciones fisiológicas queden dañadas, algo que puede provocar consecuencias fatales”, explicó a los medios locales Zhang Yun, líder del grupo de investigadores.
La sustancia no solo sirve para la cicatrización de las heridas sino que también ayuda a reducir el edema traumático, protegiendo la herida de infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos. La formación de tejido cicatrizante surge como consecuencia de la reparación de la herida y en ocasiones conduce a problemas estéticos.