Los restos corresponden a un hueso de un tobillo y a un diente, hallados en el yacimiento de Tingamarra, en el estado de Queensland, cuya antigüedad se calcula en unos 55 millones de años, indicó en un comunicado la Universidad de Nueva Gales del Sur.
El del tobillo es de un marsupial parecido a un ratón que se creía que había poblado Sudamérica mientras que el diente, que pertenece a una especie desconocida, se parece a otros fósiles descubiertos en el continente Sudamericano y en el norte de África.
El descubridor de este último, el paleontólogo Robin Beck, bautizó el nuevo marsupial como “Archaeonothos henkgodthelpi” en honor a Henk Godthelp, que lideró las excavaciones en Tingamarra.
El nombre, que se traduce como “el antiguo descendiente ilegítimo de Henk Godthelp”, alude a que ésta especie no tiene ningún lazo con los marsupiales australianos, señaló la nota.
Ambos fragmentos ponen en cuestión la teoría convencional sobre la evolución de los marsupiales que sostiene que estos realizaron una migración única durante la época del supercontinente Gondwana desde la zona que se convirtió en América del Sur hacia el territorio conocido actualmente como Australia.
Gondwana, que junto a Laurasia agrupó toda la masa terrestre hace 200 millones de años, se dividió en nuevos bloques: Gondwana Este (la actual Antártida, India, Madagascar y Australia) y Gondwana Oeste (América del Sur y África).
Además, un estudio genético de Maria Nilsson, de la Universidad de Münster (Alemania), publicado en 2010 afirmaba que todos los marsupiales de Australia y de las islas aledañas tienen un antepasado común en América del Sur.
“La explicación sobre los orígenes de los marsupiales australianos súbitamente se ha vuelto más complicada”, dijo Beck.
Según el paleontólogo, las especies de marsupial australianas están relacionadas entre sí, pero la especie a la que pertenece el fósil del tobillo está vinculado a un grupo que vivió en Sudamérica y que hasta ahora se pensaba que no había migrado a Australia.
El diente de la especie de marsupial desconocido resulta aún más intrigante para los científicos que no pueden determinar si sus orígenes están en Sudamérica, en África o en otro lugar del planeta.
“Es imposible explicar la presencia de estos nuevos fósiles en Australia utilizando el modelo de dispersión único. Puede que hubiera múltiples movimientos (migratorios) entre Sudamérica y Australia”, dijo Beck. El estudio del paleontólogo australiano también aborda la extinción de algunos marsupiales en Australia que aún sobreviven en Sudamérica y, probablemente, de forma opuesta.
“¿Podría descubrirse en Sudamérica fósiles que son de marsupiales típicos de Australia?”, se preguntó Beck, tras considerar que un cambio climático pudo ser un factor clave en la desaparición de los marsupiales de origen americano.