Se estima que hay unos 6.000 ejemplares de este animal en el mundo y entre 400 y 500 de ellos en Nepal, que figura entre la docena de países del centro y sur de Asia donde se ha detectado la presencia del felino de característica piel blanca con motas negras.
“Todo lo que sabemos del leopardo de las nieves en los Himalayas está basado en conjeturas”, dijo Maheshwor Dhakal, del Departamento de Parques Nacionales y Conservación de la vida Salvaje del Gobierno del país asiático. “Pero con el collar satélite en un animal podemos obtener datos científicos que nos ayudarán a desarrollar políticas para protegerlos”, explicó el funcionario.
El leopardo de las nieves vive a una altitud de entre 4.000 y 4.900 metros en el norte de Nepal, donde el 25 de noviembre fue capturado uno -bautizado Ghanjenjunga en honor a una deidad local- a los pies de la tercera montaña más alta del mundo, el Kanchenjunga.
Para capturarlo se distribuyeron 16 trampas especiales diseñadas en Estados Unidos y monitorizadas a través de radios por un grupo de biólogos, veterinarios y técnicos, explicó Narendra Babu Pradhan, experto del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF) , organización que suministró apoyo técnico.
“Comenzamos colocando trampas el 13 de noviembre con la esperanza de capturar un leopardo”, dijo Pradhan. “El 25 de noviembre a las 6.00 de la mañana recibimos una señal en nuestro campo que indicó que habíamos capturado un animal”, afirmó el científico.
Uno de los miembros del equipo se desplazó al lugar de la trampa y confirmó la captura.
El leopardo, de 40 kilos de peso y 193 centímetros de longitud, fue tranquilizado con un dardo, una labor ardua dado el fuerte viento, lo que dificultó la labor del tirador para acertar en el cuello o el muslo a una distancia de ocho metros.
“Una hora después liberamos al animal con el collar con el GPS colocado”, dijo Pradhan.
Cada cuatro horas, el collar ya transmitía datos, como la posición, la temperatura del lugar donde se encuentra, la altitud y los movimientos del cuerpo a dos ordenadores situados en Katmandú. “Con esta información del leopardo blanco podemos saber su rango de movimientos y cuáles son sus hábitos de caza”, afirmó el ecologista Dhakal.
“Esto nos ayudará a desarrollar políticas con las que podremos crear condiciones para su desarrollo, como la forestación y plantación de plantas que hará que haya más presas”, añadió. El leopardo cubrió un área de unos 80 kilómetros cuadrados en el mes en el que ha llevado el GPS.
De acuerdo con Pradhan, la colocación del collar se ha realizado ya en otros países donde hay ejemplares, como Mongolia y Pakistán, pero es la primera vez que se lleva a cabo en los Himalayas. El collar está diseñado para que se desprenda del animal en 2015.
“Necesitamos monitorizar al leopardo un año entero para obtener la información de un ciclo anual”, dijo Pradhan. “Tenemos planes para colocar GPS en tres animales más en 2014”, añadió el científico.
A pesar del GPS, los datos por satélite tendrán que ser verificados con estudios sobre el terreno. La conservación del leopardo de las nieves se realiza con la comunidad local y “ciudadanos científicos” de la zona que han sido entrenados desde 2007.
Además, se ha desarrollado un sistema de seguro gracias al cual se paga una pequeña indemnización a los habitantes locales si un leopardo se come su ganado, para tratar de evitar la caza furtiva de la especie.