“Este anuncio marca el siguiente paso en la evolución de las (Google) Glass y el comienzo de una nueva categoría de gafas inteligentes”, dijo la firma.
En el sitio web dedicado a su prototipo, www.google.com/glass, el gigante de Internet estadounidense presentó “cuatro monturas de titanio, ligeras como plumas”, y monturas para gafas de sol extraíbles.
Las Google Glass, conectadas a Internet, responden a órdenes de voz y, a veces a simples guiños para tomar fotos y hacer videos, o leer y enviar mensajes, por ejemplo, con otras muchas aplicaciones en desarrollo.
El dispositivo es considerado como uno de los productos más prometedores en el marco del furor que anticipan los analistas por la electrónica “lista para usar”, incorporada a accesorios de vestir. Google anunció el martes que tiene planes de comercializarlos a gran escala “a finales de 2014”, pero las nuevas monturas estarán disponibles para prueba a partir de este martes.
Las monturas presentadas el martes están diseñadas para adaptarse con tornillos el prototipo actual de las Google Glasses, cuya pantalla es más discreta al descansar en la parte superior del cristal, justo debajo de la parte superior de la montura.
Para Rob Enderle, analista de Enderle Group, las nuevas versiones de las gafas serán “menos ’geek’ que el prototipo”, para atraer a más usuarios. “Esto hará que el producto sea mucho menos evidente, y también más útil para los que usan anteojos (de receta), por lo que debería aumentar su adopción” por parte de la gente, dijo Enderle a la AFP.
Aun así, Enderle dijo que el producto tiene aún obstáculos de privacidad que superar, ya que ponen a mucha gente “incómoda”, debido a que los dispositivos parecen ser capaces de grabar lo que ven. Más allá de su apariencia, el precio final será un factor clave en el éxito o el fracaso del producto.
Google no dio una cifra exacta sobre el monto al que se venderán las gafas, pero quienes lo están probando pagan unos 1.500 dólares por el prototipo. A eso se deben sumar unos 225 dólares por las nuevas monturas y 150 dólares por las gafas de sol, sin contar el costo de eventuales cristales graduados.
“Si necesita lentes de receta y tiene seguro, éste puede ayudarle a cubrir las nuevas monturas”, destacó el gigante de Internet en un mensaje en su red Google+. El grupo anunció una alianza en esta área con una compañía de seguros especializada en óptica y oftalmología, VSP, que tiene 64 millones de clientes y cubre a casi uno de cada cinco estadounidenses.
Los asegurados podrán ser reembolsados por las monturas especiales, así como por los cristales correctivos adaptados, dentro de los límites actuales de su seguro. VSP también capacitará a los profesionales ópticos sobre cómo adaptar y ajustar las monturas de las gafas interactivas Google Glass en función de los lentes correctivos.
La firma de investigación Gartner dijo en noviembre que las gafas conectadas, como las de Google, podrían “aumentar la eficacia y el rendimiento de los técnicos, ingenieros y asalariados” que trabajan en el terreno, por ejemplo, para mejorar el diagnóstico de problemas y generar un ahorro sustancial para los empleadores.
Sumando otros accesorios, como los relojes, el mercado de dispositivos inteligentes “listos para usar” podría llegar a 19.000 millones de dólares en 2018, estimó recientemente otra empresa, Juniper Research, destacando sin embargo, las “barreras sociales y legales” para su desarrollo.
Las Google Glass ya son motivo de preocupación en cuanto a la protección de la vida privada.
Legisladores de Estados Unidos y autoridades nacionales de protección de datos de varios países solicitaron el año pasado explicaciones a Google al respecto.
Una de las 10.000 “exploradoras” que están probando las gafas interactivas de Google fue acusada de conducir de manera distraída por llevar puesta una versión experimental, pero un juez la absolvió a mediados de enero debido a que el dispositivo no estaba prendido.