Mucho antes de que los grandes fabricantes de gaseosas se tentaran por esta hierba capaz de endulzar entre 100 y 300 veces más que el azúcar, Japón la descubrió y la explota desde la década de 1970.
Los guaraníes le han dado un amplio uso desde hace más de 1.500 años y es frecuente que endulcen su mate con esta hierba, de nombre científico Stevia rebaudiana, que crece casi como maleza en su territorio.
Multinacionales como la Coca Cola, Pepsi, Nestlé, entre otras grandes marcas, han comenzado a sustituir los endulzantes químicos y apuestan al Ka-á Je-é ("hierba dulce” en guaraní) para atraer consumidores.
La demanda se incrementó en coincidencia con la apertura de los mercados de la Unión Europea, donde aprobaron el uso de la stevia en 2011, y de Estados Unidos, cuyas autoridades sanitarias consideraron recientemente que es apta para el consumo, luego de varios obstáculos para aceptarla en la década de 1990.
Para los paraguayos esta hierba que promete como hace una década lo hizo la soja -oleaginosa que disparó hasta más del 13% el PIB de este país-, sigue siendo un pastizal que se cultiva de forma artesanal, cortando con machetes.
En el corazón de su hábitat, en Guayaibí, una frondosa región a 175 km al noreste de Asunción, en el departamento de San Pedro, conocido por sus bananas y piñas, “se puede cosechar stevia hasta cuatro veces al año sin mucho esfuerzo”, explicó a la AFP José Velázquez, un ingeniero agrónomo acopiador en esta zona.
Estudios científicos aseguran que la stevia no tiene calorías ni carbohidratos y que tampoco aumenta los niveles de azúcar en la sangre.
Fue esto lo que llevó a crear en Japón en 1971 la firma Morita Kagaku Kogyo Co., la primera productora comercial de stevia.
Ahora en Paraguay quieren “estar preparados para atender la creciente demanda internacional”, dijo a la AFP el ministro de Agricultura, Jorge Gattini.
“Hoy tenemos una producción menor a las 2.000 hectáreas. Nuestra proyección es llegar a las 10.000 para ser competitivos”, precisó Gattini.
Una parte de los 50 millones de dólares que el gobierno resolvió destinar al sector productivo irá a los productores de esta planta, prometió.
Hasta ahora, la mayor parte de los gastos son absorbidos por el sector privado.
El “oro verde”, como lo denominan los científicos, es seguro para las personas que padecen diabetes y obesidad, dos males que acechan a la población occidental a raíz de los cambios en la calidad de los alimentos y los hábitos de consumo.
La stevia tiene alta solubilidad y es ideal para aplicaciones alimentarias, indicó la nutricionista Lourdes del Puerto ante una consulta de la AFP .
“La epidemia de obesidad se vuelve global y cuesta cada vez más caro al sistema de salud, y el azúcar tradicional es uno de sus causantes”, recordó Del Puerto.
No obstante, otros expertos consideran que la opción más sana será siempre reducir al mínimo el azúcar y cualquier tipo de edulcorante, así como intentar eliminar las bebidas gaseosas o postres procesados.
El ministro de Agricultura cree que a mediano plazo el “oro verde” significará un importante ingreso de divisas para los pequeños productores.
La Coca Cola hasta cambió su tradicional etiqueta roja por una verde para promocionar su producto endulzado con Ka-á He-é, resaltó a la AFP Fernando Chilavert, directivo de Pure Circle South America, proveedora de Coca Cola, Pepsi, Unilever, Danone y Nestlé, entre otras.
En Paraguay opera una industria procesadora de la hoja, la de NL Stevia en Ypacaraí, a unos 45 km de Asunción, un sofisticado complejo de unas 20 hectáreas con grandes depósitos para las bolsas de hojas que esperan hasta ser convertidas en un polvo blanco.
El extracto se empaqueta con todos los rigores exigidos para su exportación a los mercados de países desarrollados.
Chilavert asegura que la stevia sigue con una tendencia ascendente y que en el mundo se acostumbrarán a usarlo porque las instituciones oficiales de salud la recomendarán en reemplazo de las azúcares procesadas.
“Terminará imponiéndose en las bebidas gaseosas o aguas saborizadas, jugos, productos lácteos, té, salsas y hasta panificados”, aseguró.
Los indios guaraníes lo usaban como tisana, un té de uso gástrico para asentar la comida. También lo mascaban como hacen los bolivianos con la coca.
“Es un potente antiparasitario”, afirma el historiador Jorge Rubbiani sobre esta planta que es considerada como “uno de los mayores legados de nuestros pueblos originarios que regala el Paraguay al mundo” .