Facebook cerró su primera semana de intercambio en el mercado con una pérdida de 16% sobre su precio de oferta de 38 dólares la acción, en lo que constituyó una enorme desilusión luego de la oferta inicial por un valor del 16.000 millones, la mayor para una firma tecnológica.
Las acciones no consiguieron colmar las expectativas de quienes creyeron que los inversores saldrían en estampida para hacerse con una porción de la red social que cuenta con 900 millones de usuarios.
“Cuando uno ve venirse abajo los precios de la acción de Facebook, la gente vuelve a una base más fundacional, en términos de ingresos reales”, dijo Nick Landell-Mills, de Indigo Equity Research.
Mark Heesen, presidente de National Venture Capital Association, dijo que los inversores son más cautelosos que durante la burbuja tecnológica de fines de los años 90.
“Esto no es de ninguna manera el final de las redes sociales. Seguirán creciendo y expandiéndose”, afirmó. Pero indicó que durante aquella burbuja “los capitales de riesgo invirtieron 150.000 millones en dos años. En los últimos dos años invertimos 60.000 millones. Hay mucho, mucho menos dinero en el sistema en este momento. Eso es muy importante”.
Gerard Hoberg, profesor de finanzas de la Universidad de Maryland, dijo no esperar una nueva burbuja, dada la actual postura de los mercados.
“Creo que es muy saludable y creo que la gente aprendió las lecciones de los 90”, dijo. “Evitar que se forme una burbuja”.
Facebook parecía ser la fuerza conductora en las redes sociales. Pero algunas de las redes hermanas también estan siendo observadas con detenimiento.
Zynga, la empresa de juegos que tiene fuertes lazos con Facebook, perdió un 35%, y la firma de venta de ofertas Groupon cayó cerca de 40%. Sin embargo, la red social profesional LinkedIn ha duplicado el valor de sus acciones en un año.
“Si Facebook languidece, envía un mensaje a otras (firmas del sector) acerca de que cotizar en bolsa no es la mejor opción, que tal vez es mejor una adquisición o esperar que termine este período de volatilidad”, dijo Heesen. “Todo el sector de los medios sociales está maduro para la inversión”, agregó, pero advirtió que habrá “golpes a lo largo del camino”.
Landell-Mills dijo que pese a que los inversores no parecen dispuestos a salir tras las acciones, acudirán a una compañía que tenga ganancias reales, como Apple, cuya acción creció 67% el pasado año.
“Nunca llamaría Apple una burbuja”, señaló. El analista dijo que Facebook aún tiene una elevada valoración cuando se miden las ganancias, a diferencia de firmas como Google.
“Cuando Google entró a la bolsa había información muy clara que sugería que había agregado valor”, dijo. “Con Facebook, no sabemos”.
Hoberg estimó que el mercado no tiene la exhuberancia de los años 90 y que cualquiera que ingrese en bolsa tendrá que tomar en cuenta el fiasco de Facebook.
“Esta reacción es tan negativa y los aseguradores están teniendo tan mala prensa que realmente no pueden permitirse que esto vuelva a ocurrir, por lo que van a actuar para subvalorar al próximo solo para que la maquinaria inversora recobre la salud”, afirmó.