Estudian familia de caracoles de mar saltarines en la Gran Barrera de Coral

SÍDNEY. Una familia de caracoles de mar que habita en la Gran Barrera de Coral, en el noreste de Australia, ha aprendido a escapar de sus depredadores naturales con saltos, algunos tan altos como dos veces la altura de su cuerpo.

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“No son atletas de salto alto olímpico, pero (el brinco ) es bastante impresionante por tratarse de un caracol”, explicó la bióloga marina Sue-Ann Watson, de la Universidad James Cook, en declaraciones citadas por la cadena local ABC.

El trabajo, que fue presentado en una reunión de la Sociedad de Biología Experimental en Valencia (España) esta semana, no ha encontrado efectos del aumento de la temperatura del agua de los océanos por la acción del calentamiento global en la habilidad de estos animales.

Estos moluscos marinos de concha blanca jorobada (Gibberulus gibberulus albus) viven enterrados en la arena de los arrecifes, miden unos 1,8 centímetros de alto y 3,7 centímetros de largo. Entre sus principales depredadores destacan los moluscos de concha cónica, que emplean la estrategia de paralizar a los primeros con un veneno nocivo para el ser humano.

Si el caracol saltarín advierte la presencia del enemigo, emplea una especie de pie modificado o palanca que posee en el abdomen y que le permite brincar para escapar de la muerte. El movimiento de fuga es un salto “hacia atrás y ligeramente hacia un lado a una altura de tres o cuatro centímetros por encima del suelo”, comentó Watson.

Los caracoles saltadores son capaces de saltar varias veces consecutivas.

La Gran Barrera de Coral, que alberga 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos, comenzó a deteriorarse a partir de 1990 por el doble impacto del calentamiento del agua del mar y el aumento de su acidez por la mayor presencia de dióxido de carbono en la atmósfera.

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