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La resolución fue aprobada por unanimidad de los delegados de los 60 Estados Miembros de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas con derecho a voto en la clausura de su 26 Conferencia General tras tres días de debates.
Se trata de la mayor revisión del SI desde su instauración en 1960 en la 11ª edición de la Conferencia, cuando amplió y reformó el sistema métrico decimal, legado de la Revolución Francesa.
Originalmente, las unidades de medida se determinaban a partir de objetos físicos o propiedades de materiales, pero estos pueden cambiar con el tiempo o en diferentes entornos, por lo que en el último siglo se han ido sustituyendo por constantes físicas.
El kilo es la única unidad que todavía hoy se basa en el conocido como Gran Kilo, un cilindro de platino e iridio custodiado en Svres (a 14 kilómetros de París) y que ha sido durante 130 años el patrón del kilo y el referente universal para medir cualquier peso.
Según la determinación adoptada, de ahora en adelante el kilo se definirá en relación con la constante de Planck, central en la teoría de la mecánica cuántica y que debe el nombre a uno de sus padres, el físico y matemático alemán Max Planck.
Junto a la unidad básica de peso, el congreso también acordó redefinir otras tres unidades más en función de constantes universales invariable: el amperio, el kelvin y el mol, mientras que el metro y la candela no cambian pero se reformulan sus definiciones.
La revisión adoptada este viernes aportará mayor precisión en ámbitos como la administración de medicamentos, análisis médicos, sistemas de navegación por satélite o competiciones deportivas y garantizará intercambios más equitativos en el mercado mundial, aunque los consumidores no lo notarán en su día a día.
Los cambios del SI entrarán en vigor el 20 de mayo de 2019, Día Mundial de la Metrología.