Eso indicó un estudio realizado en Estados Unidos y divulgado este jueves, que puede arrojar luz sobre cómo el cerebro procesa información compleja.
Durante décadas, la literatura científica sostenía que la nariz humana podía detectar sólo unos 10.000 aromas, recordó Leslie Vosshall, jefa del Laboratorio de Neurogenética de la Universidad Rockefeller de Nueva York, coautora de este trabajo publicado en la revista Science.
“Este es el número generalmente aceptado”, dijo. “Sin embargo, nuestro análisis muestra que la capacidad humana para distinguir entre variaciones de olor es mucho más extensa de lo que generalmente se cree”, señaló la investigadora. Según ella, habría sido sorprendente que la capacidad olfativa humana hubiera estado limitada, dado que los otros sentidos están mucho más desarrollados.
Así, el ojo puede ver hasta 10 millones de colores y el oído distinguir 340.000 sonidos. Con 400 sensores olfativos, se consideraba que la nariz no podía percibir más de 10.000 olores.
“Los científicos han medido las habilidades visuales y auditivas humanas, pero no habían probado hasta ahora el potencial olfativo”, dijo Vosshall.
Para este estudio, los investigadores sometieron a 26 personas a múltiples combinaciones complejas de 128 moléculas odorantes diferentes que solas pueden evocar hierba, cítricos o diferentes productos químicos.
“No queríamos que estos olores fueran fácilmente reconocibles y la mayoría de las mezclas que creamos eran muy desagradables y extrañas”, dijo el científico. “Nos aseguramos de que los participantes se concentraran bien”, precisó.
Los investigadores pidieron a los voluntarios hacer 264 comparaciones de estas diferentes combinaciones con olores conocidos.
A partir de estas muestras hicieron una extrapolación para estimar cuántos olores una persona promedio podía distinguir si se le presentaban todas las combinaciones posibles de estas 128 moléculas odorantes y determinaron que un sujeto promedio era capaz de distinguir entre al menos un billón de olores.
Según Andreas Keller, de la Universidad Rockefeller y autor principal de esta investigación, este número casi con seguridad es demasiado bajo debido a que en el mundo real hay muchas otras moléculas odorantes que se pueden combinar de innumerables maneras.
Este científico piensa que los antepasados del ser humano utilizaban más su olfato que ahora. La refrigeración y el desarrollo de la higiene personal han limitado significativamente los olores en el mundo moderno, lo cual “explicaría nuestra actitud de que el olfato no es tan importante como la audición y la visión”, señaló.
Pero lo cierto es que el sentido del olfato está estrechamente relacionado con el comportamiento humano y este estudio puede arrojar luz sobre cómo el cerebro procesa información compleja, apuntó.