La fecha prevista del viaje sería alrededor de 2023. Sus compañeros de viaje serán artistas invitados.
El fundador de SpaceX, Elon Musk, reveló la identidad del cliente en su presencia, en una ceremonia en su fábrica de cohetes en la sede de la firma Hawthorne, en el área metropolitana de Los Ángeles de donde sale un cohete cada 14 días.
“¡Escogí ir a la Luna... con artistas!”, lanzó Yusaku Maezawa entre dos enormes cohetes Falcon 9. “Tendrán que crear algo en su retorno a la Tierra”, sentenció.
“Sus obras inspirarán a todos los soñadores que están latentes en nosotros”, dijo.
Elon Musk precisó que el viaje de los seis a ocho artistas será gratuito. El japonés escogerá él mismo a los artistas. Primero contactará a los “grandes” artistas que “ama”.
Entre las categorías posibles: pintura, escultura, fotografía, música, director de cine, estilista y arquitecto.
“¡Por favor, no digan que no!”, lanzó en dirección de los que un día podría invitar.
El grupo será el primero en dar la vuelta a la Luna desde el fin del programa Apolo en 1972. Solo 24 estadounidenses lo hicieron, y de ellos 12 caminaron sobre la Luna.
Maezawa adelantó que ya pagó la reserva de todos los asientos en el cohete SpaceX RGC que se está construyendo, pero sin revelar el precio total. La nave puede transportar hipotéticamente hasta un centenar de personas.
“Paga mucho dinero”, dijo Elon Musk, subrayando que su contribución representa una parte significativa del desarrollo, cuyo costo total se estima en unos 5.000 millones de dólares ("menos de 10.000 millones, y más de 2.000).
¿Pagó más o menos que el 5% del costo total?
“Estoy satisfecho con solo 5%”, respondió Yusaku Maezawa de manera ambigua.
“Nos eligió”, dijo el controvertido fundador de SpaceX, también patrón del constructor de autos Tesla.
Yusaku Maezawa es el fundador de la tienda de indumentaria japonesa ZOZOTOWN y se estima su fortuna en 3.000 millones de dólares, según Forbes.
Este multimillonario es un hombre apasionado por el arte contemporáneo: compró una obra de Jean-Michel Basquiat el año pasado por 110,5 millones de dólares, después de haber adquirido obras de renombrados artistas entre ellos Pablo Picasso, Roy Lichtenstein, Andy Warhol, Alexander Calder o Jeff Koons.
El viaje será a bordo del futuro cohete BFR (Big Falcon Rocket). El aparato de dos pisos medirá 118 metros de altura, de los cuales 55 m sólo para la nave. El volumen interior alcanzará los 1.000 m3.
Elon Musk redujo la potencia del cohete, presentado antes como el más potente de la historia, capaz de propulsar 150 toneladas en órbita terrestre baja, más potente que el cohete mítico del programa Apolo, Saturn V, en los años 1960 y 1970 (135 toneladas)
La capacidad será finalmente de 100 toneladas, dijo Musk, pero el cohete seguirá siendo capaz de alcanzar la Luna y, un día, Marte.
La misión lunar debería durar cuatro o cinco días. Tras dar una vuelta a la Tierra, la nave apuntará hacia la Luna, para dar una vuelta y luego regresar a la Tierra para aterrizar de manera vertical. El cohete podrá volver a utilizarse.
“Es peligroso”, advirtió Musk.
Varios ensayos, no habitados, se llevarán a cabo antes. De su éxito depende el calendario de 2023.
Para Elon Musk, el “BFR” será capaz en el futuro unir la Tierra con “cualquier lugar del sistema solar” , con la condición de crear depósitos de combustible en Marte y otras partes.
Esto es, para Musk, la razón de ser de SpaceX.
“Debemos actuar y convertirnos en una civilización multiplanetaria tan rápido como sea posible” , dijo, para prepararse a todo desastre terrestre.
La prioridad de SpaceX, que se convirtió en unos años en el primer lanzador privado del mundo, delante de Arianespace, es la NASA y las misiones de seguridad nacional del gobierno estadounidense, precisó Musk.
En 2019, SpaceX espera convertirse en la primera compañía privada de la historia en llevar astronautas hasta la Estación Espacial Internacional. Otra apuesta industrial de la que dependerá el futuro de la empresa.