Los tres animales - “Victoria”, “Akhun” y “Killi” - que nacieron en cautividad en el Centro de Cría y Reintroducción del Leopardo del parque, saborean ya la vida salvaje, aunque serán controlados en todo momento por satélite a través de collares electrónicos.
Los especialistas los trasladaron esta mañana en cajas de madera hasta su nuevo hogar, primero en helicóptero y después en camiones, tras lo que los leopardos no tardaron en perderse en la espesura.
El Gobierno ruso y los expertos del WWF pusieron en marcha en 2005 un programa de repoblación que ha sido apoyado personalmente por el presidente ruso, Vladímir Putin, un conocido amante de los animales.
“Hemos llegado a un momento muy importante del programa que es la liberación de los primeros animales. Pero esto es solo el comienzo”, dijo Ígor Chestin, director del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, siglas en inglés) en Rusia.
En su opinión, para estabilizar la población de leopardos en el Cáucaso será necesario soltar al menos medio centenar de 50 animales. En el centro, que recibió primero dos leopardos de Irán y otros dos de Turkmenistán, han nacido 14 crías de ese felino, que recibe adiestramiento especial para sobrevivir en el bosque.
Durante la última década las autoridades han preparado la zona para que el leopardo se sienta cómodo en su nuevo hábitat al repoblar la zona con más presas y tomar medidas contra la caza furtiva.
“Proteger y mantener este paisaje es clave para el éxito del programa de reintroducción del leopardo persa”, agregó Chestin.
Por ello, WWF advierte contra los planes de construir infraestructuras hoteleras y pistas de esquí en zonas pertenecientes a las reservas naturales.
Según los datos de los ecologistas, en el mundo hay un millar de ejemplares de leopardo persa, especie que ha desaparecido en Rusia, Turquía y Georgia debido a que su piel era muy apreciada por los cazadores y a la deforestación.