Las instituciones públicas y las asociaciones ecologistas implicadas en la conservación del tigre aseguran que están trabajando para aumentar el número de esta subespecie del felino más grande del mundo, a pesar del fracaso de las medidas en los últimos años.
Nosrat Ravichandran, director de la División de Consultoría del Departamento de Medio Ambiente y Parques Nacionales de Malasia (Perhilitan), y Maiy Wong Pui, de la Alianza para la Conservación del Tigre de Malasia (MYCAT) , han asegurado que trabajan para revertir el sombrío futuro del gran felino.
“Con un endurecimiento de la legislación, el seguimiento del plan y el aumento significativo de la conciencia social por parte de la comunidad, Malasia incrementará seguro la población de tigres en 2020”, indicaron en un comunicado conjunto enviado a Efe.
El pasado septiembre, Perhilitan y MYCAT reconocieron en un informe que la población ha disminuido a entre 240 y 320, cerca de la mitad del medio millar de ejemplares que se calculaba que había en 2008.
Las nuevas cifras provocaron que el tigre de Malasia fuera incluido en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como “especie en peligro crítico de extinción”.
Desde el año 2008, el tigre de Malasia se encontraba en situación de “peligro de extinción”, pero el nivel de “crítico” lo sitúa ahora a sólo un paso de la clasificación de “extinto en estado salvaje de libertad”.
El estudio refleja los datos de los últimos tres años recogidos a partir del material grabado por cámaras ubicadas en siete puntos fijos localizados en las tres grandes áreas en las que actualmente vive el tigre de Malasia: Belun-Temenggor, Taman Negara y Endau-Rompin en Lesong.
Desde 2008 el Gobierno malasio trabaja con asociaciones conservacionistas en un plan para proteger al animal más representativo del país.
El Plan de Acción Nacional para la Conservación del Tigre, establecía como objetivo lograr una población de 1.000 ejemplares de tigre en el año 2020, aunque el informe presentado se rebajan las expectativas, al constatar los datos actuales y se confirma el objetivo como “inalcanzable”.
En declaraciones a Efe, Perhilitan y MYCAT reconocieron que han fallado en conseguir “un mayor compromiso de todos los actores involucrados para que todos los recursos incidieran en el plan y ha sido necesario revisar los objetivos para alcanzar otros más realistas pero no por ello menos ambiciosos”.
“Las lecciones aprendidas durante los últimos años servirán para guiar el futuro plan”, aseguraron.
Frente a las críticas por el avance de la deforestación en el país y su sustitución por extensas plantaciones de caucho y palmeras, Perhilitan y MYCAT declararon “que la cubierta forestal en Malasia no ha disminuido significativamente entre 2008 y 2013”.
Sin embargo sí que confirmaron que “debido al desarrollo, se ha producido una fragmentación de los bosques que afectan a los hábitats tradicionales del tigre”.
El informe presentado señala como “la mayor y urgente amenaza” para el tigre de Malasia “ la caza furtiva para el comercio ilegal y la destrucción y fragmentación de los ecosistemas” en los que tradicionalmente ha vivido este felino salvaje.
Las autoridades pretenden “revertir la situación” con la creación de “patrullas tigre” especializadas en el seguimiento individual de ejemplares en las tres zonas de referencia, la elaboración de un censo nacional de tigres y el fortalecimiento del plan puesto en marcha hace ahora 6 años.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), en el mundo quedan poco más de 3.000 tigres en libertad, cuando hace un siglo eran más de 100.000.