La creación de nuevas neuronas durante la vida es un proceso muy importante para la medicina moderna porque está relacionado con la memoria, el aprendizaje y las enfermedades neurológicas.
Hasta hace poco, existía un consenso prácticamente generalizado de que el cerebro genera neuronas nuevas en la vida adulta, el debate solo se centraba en determinar 'cuántas'.
Sin embargo, un estudio determinó que el desarrollo de neuronas en el hipocampo se ralentiza con los años y se detiene por completo en la vida adulta. El trabajo coordinado por María Llorens-Martín del español Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, demuestra que los resultados contradictorios encontrados hasta ahora por distintos grupos se debe al tratamiento químico (fijación) a los que se somete las muestras de tejido antes de un estudio para evitar su degradación.
“Nuestro trabajo muestra por primera vez que la manera en que el tejido es tratado y procesado condiciona profundamente la visualización de las nuevas neuronas en el hipocampo humano”, explicó la investigadora.
La investigación empleó muestras de tejido cerebral postmortem de 13 sujetos neurológicamente sanos de entre 43 y 87 años de edad y 45 pacientes con alzhéimer (en los 6 estadios de la enfermedad) de 52 a 97 años.
Para la investigación, los científicos extrajeron el hipocampo de los cerebros y lo dividieron en varios fragmentos que fueron sometidos a tiempos de fijación diferentes.
“Vimos que con tiempos de fijaciones mayores de 12 horas (lo cual es bastante corto para las prácticas habituales), los mismos pacientes que exhibían muchas células inmaduras en su hipocampo a tiempos de fijación cortos, parecían no tener células; es decir, la señal de esas células desaparecía a consecuencia de fijaciones prolongadas”, detalló.
Pero además de aplicar unos tiempos de fijación muy controlados, el estudio identificó tres métodos adicionales que permiten visualizar “ óptimamente ” la presencia de nuevas neuronas en el giro dentado humano adulto, lo que ha permitido a los investigadores conocer, por primera vez, datos únicos sobre la maduración de las nuevas neuronas generadas en esta región del cerebro.
Gracias a esa combinación de métodos “hemos podido estudiar en profundidad las etapas que atraviesan las nuevas neuronas antes de madurar totalmente, qué proteínas sintetizan y cómo van cambiando de forma y posición dentro del giro dentado”, añadió Llorens-Martín.
El estudio es el primero que analiza y compara cómo tiene lugar la neurogénesis adulta entre individuos sanos y personas con la enfermedad de Alzheimer. Los autores han descubierto que el número de nuevas neuronas disminuye drásticamente en los inicios de la enfermedad para continuar creciendo progresivamente a medida que avanza la dolencia.
Además, estas células encuentran problemas en distintas etapas del proceso madurativo de las neuronas y, como consecuencia de este bloqueo, el número de neuronas generadas que finalmente llega a madurar totalmente es mucho menor en estos pacientes.
Estos hallazgos son muy importantes para el estudio de las enfermedades neurodegenerativas, especialmente el alzheimer, ya que “la detección precoz de una disminución en la generación de nuevas neuronas podría ser un marcador temprano de la enfermedad”, afirmó.
Además, si fuera posible aumentar el nacimiento y maduración de las nuevas neuronas de manera parecida a como se hace en los ratones de laboratorio, se podrían abrir nuevas posibilidades terapéuticas útiles para paliar o ralentizar el avance del alzhéimer.
Y es que, estudios en ratones han demostrado que las nuevas neuronas generadas en el hipocampo participan en la adquisición de nuevas memorias.
Por tanto, que el cerebro siga generando nuevas neuronas a los 90 años “supone una reserva de plasticidad adicional con la que nuestro cerebro podría contar para hacer frente a los procesos de envejecimiento fisiológico y patológico”, concluyó.
El estudio ha sido coordinado por María Llorens-Martín, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (Universidad Autónoma de Madrid/CSIC) , y se ha hecho en colaboración con científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Neurodegenerativas, la Fundación CIEN y la Universidad Europea de Madrid.