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Las autoridades de EE.UU. devolverán al Gobierno de Mongolia un esqueleto casi completo de un Tyrannosaurus Bataar de hace más de 70 millones años que fue importado ilegalmente al país hace tres años, informó hoy la fiscalía federal del distrito sur de Nueva York.
"Hace casi un año este Tyrannosaurus Bataar fue puesto a la venta en una subasta de la ciudad de Nueva York por más de 1 millón de dólares, pero ahora sabemos que su venta fue parte de un plan criminal", dijo en un comunicado el fiscal federal del distrito, Preet Bharara.
El esqueleto fue importado a EE.UU. en 2010 y se puso a la venta en una subasta, una puja que el Gobierno de Mongolia intentó paralizar sin éxito, ya que se vendió por más de 1 millón de dólares a la espera de los procedimientos judiciales.
Según informó la Fiscalía, el presidente de Mongolia, Tsakhia Elbegdorj, envió el año pasado una carta a la Fiscalía solicitando formalmente "la asistencia de la oficina para la preservación del patrimonio cultural de Mongolia en este tesoro nacional".
Después de un profundo análisis, los paleontólogos concluyeron que el esqueleto fue desenterrado en el oeste del desierto del Gobi, en Mongolia, entre 1995 y 2005.
El Tyrannosaurus Bataar era un dinosaurio de finales del período Cretácico, hace aproximadamente 70 millones de años, y fue descubierto por primera vez en 1946 durante una expedición conjunta entre la Unión Soviética y Mongolia en el Gobi.
Tras investigar lo sucedido, el pasado octubre, el importador del esqueleto y de otros fósiles de dinosaurios, Eric Prokopi, fue arrestado por un cargo de conspiración para el contrabando de mercancías ilegales.
Prokopi se declaró culpable de importar ilegalmente los restos fosilizados de numerosos dinosaurios que habían sido sacados de sus países de origen de forma ilegal e ingresados de contrabando en EE.UU., y acordó entregar a las autoridades este esqueleto, así como otro casi completo de Tiranosaurus Bataar, uno de Saurolophus y otro de un Oviraptor.
La fiscalía destacó que esta devolución se trata de una de las repatriaciones más importantes de fósiles en los últimos años, pues se trata de una pieza antigua que forma parte de la historia natural de Mongolia y de su patrimonio cultural.
"Nuestros dos países están separados por muchos kilómetros, pero comparten una pasión por la justicia y el compromiso de poner fin al tráfico ilegal", dijo el presidente Elbegdorj según el comunicado remitido por la fiscalía federal.