El descubrimiento fue una sorpresa porque las esponjas de cristal suelen vivir en áreas frías como las polares o las grandes profundidades marinas, mientras que en el Mediterráneo, incluso en sus zonas más profundas, la temperatura del agua no suele bajar de los 13 grados centígrados.
La investigación, publicada en la revista Journal of the Marine Biological Association of the United Kingdom, fue realizada por científicos del Instituto Mediterráneo de Biodiversidad y Ecología Marina y Costera de Marsella (Francia), de la Universidad de Victoria en la Columbia Británica (Canadá) y de la ONG Oceana.
El trabajo también detalla el reciente hallazgo de algunos ejemplares de esta nueva especie en zonas atlánticas cercanas, aunque es posible que su distribución incluya otras áreas, como el norte de África y la Macaronesia (conjunto de islas al noroeste del océano atlántico).
Ricardo Aguilar, director de Investigación de Oceana y coautor del estudio explicó que “estudios previos han demostrado que las esponjas de cristal son una fuente muy importante de silicio, uno de los nutrientes básicos para los océanos”.
El artículo también revisa la distribución en el Mediterráneo de cerca de una decena de especies más, incluyendo algunas que llegan a superar el metro de altura. La presencia de la nueva especie de esponja cristal da aún más valor a aquellos lugares donde ha sido encontrada, como el cañón Valinco de Córcega o los bancos de Avempace, Avenzoar, Catifas, Cabliers, Tofiño y Chella en Alborán.
Esta última elevación marina, también conocida como “Seco de los Olivos”, fue estudiada por Oceana durante siete años y ha sido recientemente declarada Lugar de Interés Comunitario por el Gobierno español a través del proyecto europeo Life “Indemares” (Inventario y Designación de la Red Natura 2000 en Áreas Marinas del Estado Español).