El río Mekong, que desciende desde la meseta del Tíbet pasando por las montañas y los bosques del sudeste asiático, alberga a una de las regiones más diversas del planeta.
Cada año, los científicos anuncian que encontraron nuevas especies en su cuenca, muchas veces después de largos procesos de identificación, que dejan en evidencia lo mucho que queda por descubrirse de esta zona.
Sin embargo, muchos expertos expresan sus temores de que haya especies que desaparezcan sin ser descubiertas debido a que el rápido desarrollo de esta zona, donde la ley se aplica con debilidad y el tráfico de especies constituye un fenómeno descontrolado.
“La gran región del Mekong es un imán para los científicos especializados en la conservación debido a la increíble diversidad de especies que siguen siendo descubiertas aquí”, dijo Jimmy Borah, perteneciente al equipo de la oenegé WWF desplazado a la zona. “Hay una carrera contra el tiempo para asegurarse de que estas especies recién descubiertas sean protegidas”, explicó.
Esta región incluye el sudoeste de China, Vietnam, Camboya, Laos, Tailandia y Birmania. Entre los problemas convergen la construcción de rutas y actividades ilegales como el tráfico ilegal de especies.
“Muchos coleccionistas están dispuestos a pagar miles de dólares por las especies más raras, únicas y en una mayor situación de peligro”, indicó Borah. En total, los científicos describieron 163 nuevas especies en 2015, incluyendo nueve anfibios, tres mamíferos, 11 peces, 14 reptiles y 126 plantas.
Entre los animales más llamativos, hay una serpiente que en la cabeza tiene escamas tornasol que asemejan a un arcoríris.
En Camboya y Vietnam, se descubrió una nueva especie de sapo tan pequeño que cabe en la punta del dedo. Entre 1997 y 2015 han sido descritas 2.409 nuevas especies en la zona, lo que equivale a un descubrimiento cada dos semanas.