El aparato, que es diez mil veces más delgado que un cabello humano, imita la compleja ingeniería del cerebro con su retorcida masa de las vías nerviosas, según el equipo de la Universidad RMIT de Melbourne que lo ha creado.
“El desarrollo de estas celdas de nanomemoria era un requisito previo para la construcción de redes de neuronas artificiales que sean capaces de equiparar la actuación y las características de sus pares biológicos”, dijo el líder de la investigación, Hussein Nili, a la cadena ABC.
A diferencia de los aparatos de almacenamiento digital, como los USB que registran los datos en secuencias binarias, la celda de nanomemoria puede almacenar la información en múltiples estados porque es análoga, explicó el científico.
Nili comparó sus diferencias a un interruptor de electricidad que puede encender y apagar la luz, con otro que puede graduar la intensidad de la misma.
La nanomemoria puede “dar mayor flexibilidad en términos de la información que se desea almacenar y las características que se pueden obtener”, añadió.
La eventual creación de un cerebro biónico contribuirá a entender mejor las características de los seres humanos respecto a las enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer e incluso para reemplazar en un futuro lejano las partes dañadas en este delicado órgano.
Por su lado Sumeet Walia, coautor de este trabajo publicado en la revista Advanced Functional Materials, dijo que el aparato puede servir para desarrollar formas de inteligencia artificial capaces de almacenar, recordar y rememorar eventos pasados.