En el pasado, las condiciones en la Antártica fueron demasiado duras para estos pingüinos durante la última era glacial, cuando la población de estos animales era siete veces menor que hoy en día, de acuerdo con este estudio liderado por universidades australianas y británicas, junto a la División Australiana Antártica.
Los investigadores hallaron que solamente tres poblaciones de pingüinos emperador (Aptenodytes forsteri) lograron sobrevivir a los cambios climáticos en los últimos 30.000 años y al parecer el Mar de Ross se constituyó en un refugio ideal para una de las poblaciones de estas aves antárticas.
“El número de los pingüinos emperador solamente aumentó en los últimos 12.000 años cuando el hielo marino se redujo alrededor de la Antártida durante los períodos de calentamiento del Holoceno”, enfatizó este trabajo publicado en la revista científica Global Change Biology.
Los investigadores, que examinaron la diversidad genética de los pingüinos emperador antiguos y modernos, creen que “ las condiciones actuales del hielo marino pueden ser óptimas ” para la supervivencia de estas aves, según un comunicado de la División Australiana Antártica.
Los pingüinos emperador, cuyas poblaciones se extienden alrededor de 8.000 kilómetros de línea costera antártica, viven en condiciones de frío extremo y en medio del hielo marino y se reproducen durante el invierno austral cuando la temperatura desciende a treinta grados bajo cero.
El estudio liderado por Jane Younger y Gemma Luccas -que aspiran a un doctorado, respectivamente, por la Universidad de Tasmania y la Universidad de Southampton- también muestra que los cruces en la reproducción sugieren que son capaces de viajar a distancias más lejanas de lo que se creía anteriormente.
Lo curioso es que los pingüinos emperador del Mar de Ross no se cruzan con otros ejemplares de otras zonas, un hecho que sorprende a los científicos debido a la inexistencia de barreras claras en esa zona que haga suponer que estas colonias se encuentran aisladas.
El trabajo sobre los pingüinos emperador también abre la duda de que si estos animales podrán ser capaces de adaptarse al cambio climático previsto durante las próximas décadas, cuando el calentamiento global afecte sus hábitats con mayor rapidez que en el pasado.