De casi dos metros de altura y plantadas sobre unos maceteros de plásticos, las matas fueron presentadas en un recinto fuertemente resguardado de la municipalidad de La Florida, al sur de Santiago, artífice del inédito proyecto junto a la Fundación Daya.
La ceremonia se efectuó en medio de una gran expectación periodística, en un país donde no está permitida la compra de marihuana aunque sí su consumo privado y donde es considerada como una droga dura.
El proyecto lo “hemos desarrollado durante meses. Primero plantando las semillas, luego cultivamos estas plantas y hoy día empezamos la cosecha que nos va conducir finalmente la producción de aceite medicinal, orientado a llevar alivio a los primeros 200 pacientes con problemas oncológicos”, dijo Rodolfo Carter, alcalde de La Florida.
Tras obtener un permiso especial, único y exclusivo para este proyecto, la iniciativa arrancó en octubre pasado con la siembra de 850 semillas, de las cuales sobrevivieron las cerca de 400 matas que comenzaron a ser cosechadas este martes.
Desde ellas se extraerá un aceite de cannabis que será entregado gratuitamente a 200 enfermos de cáncer para aplacar los dolores que sufren por la enfermedad y que hoy pagan enormes sumas de dinero para tratamientos y medicinas tradicionales.
De los 200 pacientes elegidos, 100 son residentes de la comuna de La Florida, una de las más pobladas de Santiago, mientras que el resto fue seleccionado por la Fundación Daya.
Todos se han sometido a duros tratamientos para paliar el cáncer como sesiones de quimioterapias o radioterapias, que en muchos casos no han logrado aplacar el dolor físico y emocional causado por la enfermedad.
El aceite de cannabis es para ellos, entonces, una esperanza de aplacar sus dolores, aunque tienen claro que no curará su mal. “Esto es una esperanza para todos nosotros. Los fármacos tradicionales son muy caros, ese es el mayor problema. Sé que este aceite no es un remedio, pero sí un alivio para tener una mejor calidad de vida”, dijo a la AFP Carlos González, un beneficiario del proyecto que padece de cáncer intestinal.
“Estamos hablando de la dignidad de pacientes que se mueren todos los días en medio de dolores y costos muy altos. Si logramos aliviar el dolor de un solo paciente, estamos cambiando historias de mucha gente”, dijo de su lado el alcalde Carter.
De 47 años y afectada de Lupus y cáncer mamario desde 2009, Cecilia Heyder ya ha probado con éxito la marihuana como tratamiento paliativo. En su lucha por obtenerla fue detenida varias veces por la policía chilena hasta que hace unos meses consiguió un permiso único para poder cultivarla.
“Primero que nada ya no ando en silla de ruedas, ya no es necesario hacerlo ya. Me cambió la calidad de vida, no me voy a mejorar, pero no tengo dolor”, dijo a la AFP.
“Yo no soy delincuente ni traficante, yo no pedí ser enferma. Logré que me dieran el respaldo para poder cultivar”, agregó.
Paralelamente a esta iniciativa, en el Congreso avanza un proyecto de ley para despenalizar el autocultivo de marihuana para fines recreativos y medicinales, que propone mantener la prohibición del consumo en la vía pública y prevé un porte máximo de 10 gramos por persona.
Las plantas cosechadas este martes fueron cultivadas en un sitio abierto de unos 100 metros cuadrados. Tras la cosecha, viene ahora el proceso de secado y almacenaje antes de que la marihuana sea enviada a un laboratorio donde se elaborará el aceite para su consumo.
Se espera que el fármaco esté listo en enero de 2016, para ser entregado a los enfermos oncológicos por espacio de un año.