La investigación del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), publicado en la más reciente edición de NeuroReport Journal, encontró evidencia de que el cerebro de las mujeres está “conectado directamente” a responder ante el llanto de un bebé.
“Estudios previos han mostrado que, a nivel emocional, los hombres y mujeres responden de forma distinta al sonido de llanto de un bebé. Nuestros hallazgos indican que los hombres y mujeres muestran marcadas diferencias en términos de atención también”, declaró Marc H. Bornstein, coautor del estudio.
Los investigadores del Instituto de Salud y Desarrollo Humano de Niños y Familias Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development (NICHD) pidieron a un grupo de hombres y mujeres que se dejaran llevar por sus pensamientos antes de ponerles a escuchar el sonido de un bebé llorando.
Tras escuchar el llanto, el cerebro de las mujeres pasó abruptamente a estar en modo “atento”, mientras que el de los hombres se mantuvo en “descanso”. Bornstain señaló que este estudio no solo ayuda a entender mejor las “conexiones” del cerebro, sino también la forma en la que el cerebro se ha desarrollado.
Los investigadores analizaron imágenes de encefalogramas de 18 adultos con hijos y sin hijos y encontraron que el cerebro de las mujeres era más propensos a “desconectarse” de su estado existente, lo que indica que han concentrado su atención en el llanto.
En el caso de los hombres, el cerebro tendió a permanecer en su estado existente mientras escuchaban el llanto del bebé. Asimismo, el estudio no encontró diferencias entre los que tenían hijos y los que no entre ambos géneros.
Los investigadores utilizaron distintos tipos de llanto, entre ellos el de menores que luego fueron diagnosticados con autismo y que varios estudios han registrado tiene un tono más alto, para determinar si los adultos reaccionaban de diferente forma.
Un estudio previo que llevó a cabo Bornstein con el mismo grupo, en el que solo utilizaron el llanto de menores que luego fueron diagnosticados con el síndrome de Asperger, tanto mujeres como hombres tendieron a cambiar de estado cuando los escucharon.
“Los adultos tienen respuestas con 'muchas capas' a las cosas que hacen los niños, y determinar si estas respuestas difieren entre hombres y mujeres, por edad o si son padres o no, nos ayuda a entender los instintos al cuidar de los más pequeños”, dijo el coautor.
Bornstein, en conjunto con otros investigadores, además realizó un estudio en el que se encontró que se dan cambios en el patrón de actividad cerebral de hombres y mujeres cuando observaban una imagen de un bebé que indicaban una “predisposición” a identificarse con el menor y velar por él.
De acuerdo con el investigador, estos estudios constituyen las primeras etapas en neurociencia para entender los patrones sobre cómo los adultos se relacionan y cuidan a los niños, aunque aseguró que es posible que no todos los adultos reaccionen de la forma que se ha visto en estos estudios.
En el sitio de Internet de NICHD (http://www.nichd.nih.gov) puede obtenerse información adicional sobre la investigación y la metodología utilizada. NICHD, institución que además de llevar a cabo el estudio lo patrocinó, investiga además temas del desarrollo infantil antes y después del nacimiento, salud familiar y reproductiva, así como rehabilitación médica.