“Es la primera vez que se constata un vínculo entre la secreción nocturna de melatonina y el riesgo de diabetes del tipo 2”, destaca el doctor Ciaran McMullan, investigador en el Brigham and Women’s hospital de Boston, uno de los autores de este estudio.
“Espero que este estudio conducirá a otras investigaciones para examinar los efectos de la secreción de melatonina sobre el organismo y el papel de esa hormona en el metabolismo de la glucosa y el riesgo de diabetes”.
Los niveles de melatonina, producida por el cerebro durante el sueño, están en su nivel más alto durante la noche, lo que permite regular el ritmo biológico.
Para este estudio, los investigadores identificaron 370 mujeres de la misma raza y edad, que desarrollaron diabetes del tipo 2 y otras 370 en un grupo de control sin ningún síntoma de esa enfermedad. Y hallaron que los participantes diabéticos tenían bajo nivel de melatonina durante la noche en comparación con el grupo sano.
Según estos expertos, los bajos niveles de melatonina en la noche duplican el riesgo de contraer diabetes en comparación con los niveles elevados.
El vínculo fue confirmado luego de tener en cuenta otros factores de control que favorecen la diabetes, como la obesidad, los antecedentes familiares o el estilo de vida como la dieta alimentaria, la práctica de ejercicio físico, el tabaquismo o la duración del sueño.