El fármaco ha generado una polémica por las numerosas demandas de pacientes en los tribunales para que se les suministre.
Se trata de la fosfoetanolamina sintética, una sustancia que un investigador de la Universidad de Sao Paulo (USP) identificó y convirtió en píldora, y que ofrece como “remedio” contra el cáncer pese a que las autoridades niegan que existan pruebas de su eficacia.
La fosfoetanolamina fue distribuida gratuitamente durante más de una década, hasta que las autoridades sanitarias la prohibieron por lo menos hasta que sea homologada por la Agencia Nacional de Salud (Anvisa), por lo que los pacientes con cáncer han recurrido a los tribunales para garantizar acceso al supuesto remedio.
Diferentes jueces del país han fallado en favor de los demandantes y obligado a la USP a suministrar la sustancia.
El asunto fue discutido hoy entre varios investigadores y el ministro brasileño de Ciencia, Tecnología e Innovación, Celso Pansera, quien al final del encuentro anunció un plan de trabajo para las pruebas que pueden validar la molécula y recursos para financiar el proyecto.
El ministro dijo que encomendó a un grupo de trabajo integrado por especialistas e investigadores que entregue el próximo lunes un cronograma preliminar del proceso de validación. Según Pansera, el grupo, del que también formarán parte integrantes del Ministerio de Salud y de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), tiene como propósito elaborar un calendario que garantice que los plazos legales establecidos por los órganos reguladores sean cumplidos en hasta un máximo de 18 meses.
“Queremos una estrategia común del Gobierno, que involucre los ministerios de Ciencias y Salud, así como la Anvisa, ya que la legislación establece una serie de plazos que demoran”, aseguró el funcionario citado en un comunicado del Ministerio.
El ministro agregó que el Gobierno destinará 10 millones de reales (unos 2,6 millones de dólares) en los próximos dos años para financiar las pruebas clínicas, es decir con pacientes.
Para facilitar los trabajos, el Gobierno encomendará los estudios a laboratorios que ya tienen convenios con el Ministerio de Ciencia y Tecnología, así como a instituciones públicas como el Instituto Butantan, mayor productor de vacunas de Brasil.
La decisión atenderá a las peticiones de los investigadores que desarrollaron la sustancia, quienes han alegado la falta de interés de la Anvisa en autorizar las pruebas que pueden convertir la molécula en un remedio prometedor contra el cáncer. Pese a los relatos de pacientes sobre los efectos curativos de la sustancia, la Anvisa alega que no puede autorizar la distribución de una medicina hasta que las pruebas clínicas demuestren su eficacia y su seguridad. “ Hay algunos principios que no podemos dejar de lado, que son la seguridad del paciente que va a usar el remedio y la eficacia del mismo. Tenemos la obligación de verificar eso científicamente ” , afirmó Pansera.