Los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC) estudiaron 13 casos de bebés en Brasil, cuyas madres tuvieron zika durante el embarazo.
“De estos, 11 desarrollaron más tarde microcefalia”, apuntaron los científicos. “Este crecimiento anormalmente lento de la cabeza estuvo acompañado de serias complicaciones neurológicas”.
Además, siete de los 13 niños sufrieron epilepsia y “todos tenían problemas de motricidad similares a los de una parálisis cerebral”, agregó el informe del estudio.
Los recién nacidos fueron observados durante su primer año de vida y, por lo tanto, eran demasiado pequeños para que se les evaluaran sus deficiencias cognitivas.
Los investigadores ya sabían que el zika podía causar microcefalia y problemas en el desarrollo del cerebro incluso cuando no había señales externas de microcefalia. Pero el nuevo trabajo es el primero que muestra un desarrollo de los síntomas después del nacimiento.
“Una microcefalia puede no ser evidente en el nacimiento sino desarrollarse más tarde con anormalidades cerebrales subyacentes”, dice el estudio.
Sin embargo, no todos los niños nacidos tras haber estado expuestos al zika desarrollan este tipo de problemas, y los investigadores subrayan que el estudio no muestra la incidencia con la que puede desarrollarse la microcefalia después del nacimiento.
Los expertos piden, no obstante, a los ginecólogos realizar tomografías cerebrales a los fetos expuestos al zika y hacer seguimiento médico a su desarrollo en los meses posteriores al nacimiento.