Los astrónomos, de la Universidad de California en Riverside (Estados Unidos) y de la Universidad del Sur de Queensland (Australia) utilizaron datos recopilados por el satélite Kepler de la NASA desde 2009 para su estudio.
Los investigadores identificaron 121 exoplanetas que tienen órbitas dentro de las zonas habitables de sus estrellas, lo que significa que no son ni demasiado calientes ni demasiado frías para que exista agua líquida y potencialmente vida.
En estas órbitas, los astrónomos consideran que se dan las condiciones para que potenciales lunas -cuya existencia aún no se ha confirmado- proporcionen un entorno favorable para la vida.
La investigación guiará el diseño de futuros telescopios con el objetivo de que detecten estas lunas y busquen señales de vida.