Arrecifes del Caribe mexicano, en peligro por desarrollo urbano y turístico

MÉXICO. El desarrollo urbano y turístico en el Caribe mexicano ha puesto en riesgo al mayor arrecife coralino del país, uno de los principales del planeta, y a la biodiversidad de especies que lo habitan, dijo el investigador mexicano Ernesto Arias.

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“Desgraciadamente el impacto es muy alto en los arrecifes coralinos que son el hábitat de muchas especies de peces endémicos, y si se pierde esta diversidad, se perderá para siempre”, explicó vía telefónica el especialista del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) en Mérida, Yucatán.

El experto urgió al Gobierno mexicano y a todos los sectores sociales y económicos a poner en marcha un plan multisectorial para restaurar el arrecife, para frenar su deterioro y evitar una mayor desaparición de especies ligadas al hábitat.

Arias precisó que todo el territorio mexicano está rodeado por una cadena de arrecifes coralinos debido a que se encuentra en una zona tropical, aunque el mayor de ellos está a lo largo de la costa del estado de Quintana Roo y forma parte de “la segunda barrera arrecifal más grande del planeta, el arrecife mesoamericano”.

Indicó que esta barrera abarca casi desde la punta de la península de Yucatán en Punta Nizuc hasta Belice y se prolonga por la costa de Guatemala y Honduras, con una extensión total de casi 1.000 kilómetros de longitud, aunque en la zona mexicana abarca entre 450 y 600 kilómetros.

A esta cadena se suman los corales que rodean la islas como Contoy y Cozumel, así como el Banco Chinchorro, una de las maravillas del mundo.

Arias precisó que el avance de las construcciones no sustentables a lo largo de la costa provoca enormes problemas por la erosión y la contaminación en las playas, lo que impacta directamente a la zona de arrecifes “ya que estos se encuentran entre 100 y 150 metros”.

Agregó que, además, el desarrollo urbano en toda la península avanza sin programas de conservación ecológica, con drenajes inadecuados, sin instalaciones para el manejo de recursos, o el reciclaje de desechos sólidos, ni plantas de tratamiento de aguas negras.

El experto explicó que una gran parte de estas sustancias contaminantes van al subsuelo, se filtran a los mantos freáticos y los ríos subterráneos que existen en toda la península de Yucatán y finalmente impactan en toda la zona.

Arias añadió que también afecta la deforestación de amplias zonas de manglares, de dunas costeras, la construcción de campos de golf, de hoteles, el dragado de lagunas y otras obras que impactan a la zona.

“Hay estudios que han encontrado hasta cocaína en los arrecifes de Quintana Roo”, indicó.
El científico señaló que a todos los impactos se suma el problema del cambio climático, y que “el cambio de temperatura está blanqueando los arrecifes”.

Ante este panorama, el especialista del Cinvestav conminó a todos los sectores preocupados a ponerse manos a la obra para empezar a recuperar los arrecifes, y “repensar nuevas formas de desarrollo urbano y turístico en las zonas costeras”.

Afirmó que se puede empezar a recuperar los arrecifes en las zonas protegidas, hacer un programa piloto para contener la degradación y la contaminación que sirva para campañas más amplias en todo el país.

“Se trata de un programa integral para que la sociedad en su conjunto, los investigadores, las organizaciones civiles, los empresarios, trabajemos para preservar la biodiversidad”, afirmó el especialista.

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