Esto es según un estudio presentado hoy por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
La utilización de estas nuevas maneras de comunicar está tan extendida -2.500 millones de usuarios a nivel mundial actualmente y 3.600 millones proyectados en 2018- que deben formar parte de la estrategia de las operaciones humanitarias, según la primera investigación que se realiza a este respecto.
Las aplicaciones de mensajería son numerosas, aunque la mayoría de ellas tiende a dominar en un grupo de países. WhatsApp y el servicio de mensajería de Facebook son los más universales, con usuarios en todas las regiones del mundo y en distintas categorías de público.
La seguridad es un factor fundamental a la hora de elegir una aplicación de mensajería y por esta razón muchas de ellas son utilizadas en un número limitado de países donde los ciudadanos temen la vigilancia de los aparatos de seguridad.
La aplicación Telegram, lanzada en 2013, fue la primera que ofreció encriptado de extremo a extremo, lo que significa que el contenido del mensaje sólo puede ser visto por el remitente y el receptor del mensaje, y no puede ser desencriptado ni siquiera por la compañía.
Esto explica que sea una aplicación ampliamente utilizada en países que reprimen la disidencia y en 2016 superó los cien millones de usuarios activos. Viber emuló luego los parámetros de seguridad que ofrecía Telegram, según menciona el informe del CICR. Sin embargo, son Whatsapp y la mensajería de Facebook las más utilizadas, con 1.000 millones de usuarios cada una, seguidas de Wechat (800 millones), Skype (300 millones), Viber (250), Snapchat (250 millones) y Line (218 millones).
Después de un desastre natural, las aplicaciones de mensajería sirven esencialmente para contactar familiares y amigos, tener información precisa sobre la situación y transmitir las necesidades más urgentes. Con respecto a los recursos necesarios para tener un teléfono con conexión a internet, el estudio indica que grupos como los refugiados sirios consideran que el pago para acceder a internet es prioritario. Asimismo, estiman que el costo de utilizar las aplicaciones de mensajería es menor con respecto a los tradicionales mensajes de texto.
El CICR, que colaboró para esta investigación con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados y la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU, entre otras entidades, señaló que algunas organizaciones proveen acceso gratuitos a redes Wi-Fi en campamentos con un gran número de refugiados. En otros casos, se ofrecen paquetes de datos a precios reducidos, indica el informe.
Entre los usos que los refugiados en general dan a las aplicaciones de mensajería están la búsqueda de información sobre el país al que se dirigen, la verificación de rumores sobre lo que sucede en las rutas que piensan seguir y el acceso a servicios de rescate durante su travesía. Algunos se sirven de ellas para contactar a los traficantes, así como para comunicar a sus familias sobre su situación.