Estos asocian esta rareza a los efectos de la poderosa tormenta “Sandy”.
“En un año normal no se divisan alcas tordas en Florida, pero este año ha sido excepcional. En las pasadas dos semanas se han contabilizado docenas en las costas de este estado”, señala hoy la web especializada eBird. Muchas de ellas, que normalmente tienen su hábitat en el Atlántico norte y noroeste de Europa, han sido avistadas en las costas de Palm Beach, al norte de Miami.
“Se han visto más alcas tordas en Florida en las últimas semanas que en toda la historia de este estado”, añadió a CNN Stephen Kress, vicepresidente de la Sociedad Nacional Audubon para la Conservación de las Aves, quien teme que la mayoría de ellas muera al no encontrar la comida que necesitan.
Se trata de un “suceso histórico para la ornitología”, señaló igualmente al diario The Palm Beach el aficionado a las aves Carl Edwards, quien navegó en tres ocasiones para contemplar esta curiosa ave que, en busca de alimento, es capaz sumergirse a más de cincuenta metros de profundidad y permanecer bajo el agua durante un minuto antes de subir a la superficie.
Edward comentó que ha podido contabilizar unas novecientas alcas tordas, con su característico pecho blanco, y cabeza, picos y alas negros, en la ensenada de Boynton. La mayor parte se dirigía hacia el sur, probablemente en busca de alimento.
También se han divisado bandadas en zonas costeras de Miami Beach y los cayos de Florida, en el extremo sur del estado. Estas aves, de unos 40 centímetros de altura, pueden andar en tierra erguidas como los pingüinos y anidan y tienen su hábitat natural en islas, costas rocosas y acantilados del norte del Atlántico.
Los expertos se preguntan sobre las razones de la migración de estas aves de climas fríos hacia el sur de Florida y, aunque por el momento no encuentran una respuesta definitiva, muchos de ellos apuntan a los efectos del cambio climático y al azote de “Sandy” el pasado octubre.
Así, para el ornitólogo del Museo de Historia Natural de Florida, Andy Kratter, la erosión de las playas de Nueva York a consecuencia del paso de esa “supertormenta” puede haber influido en su migración hacia el sur de Estados Unidos.