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Los científicos de las universidades de Oldenburg y Bristol examinaron el movimiento de barcos de carga por todo el mundo para identificar lugares donde especies invasoras acuáticas pueden desarrollarse y prosperar, y en algunos casos llevar a la extinción de especies nativas.
Los expertos dicen que las especies marinas, que a menudo se trasladan de un lugar a otro en las aguas de lastre de los cargueros y petroleros, sobreviven con más probabilidad en aguas tropicales. Climas más frescos como el mar del Norte son menos proclives a ser importunados por esos desplazamientos.
La investigación fue publicada en la revista especializada Journal Ecology Letters y logró obtener datos de casi 3 millones de viajes de barcos, entre 2007 y 2008.
“Nuestro modelo combina información como rutas de cargueros, tamaño de barcos, temperaturas y biogeografía, y termina haciendo pronósticos locales sobre posibilidades de invasión de especies”, declaró Bernd Blasius, profesor de biología marina de la Universidad de Oldenburg.
Aunque ese era un modelo puramente matemático, los investigadores lograron ajustarlo al llevar a cabo observaciones de campo que ayudaron a estimar las probabilidades de que ciertas especies sobrevivan un viaje y logren crear nuevas poblaciones.
“Este modelo es llamado ruleta ecológica”, agregó el especialista Michael Gastner, de la Universidad de Bristol, al suroeste de Inglaterra.
Uno de los ejemplos más notables de especies invasoras es el de los mejillones Zebra, que lograron viajar en barcos de carga del Mar Negro a los Grandes Lagos de Estados Unidos. Allí establecieron poblaciones en 1988, donde se multiplicaron rápidamente y causaron serios problemas económicos en Estados Unidos, incluido tapar cañerías de agua.
El problema fue tan grave que en cierto momento provocaron el cierre del abastecimiento de agua de una ciudad entera.
“La probabilidad de que una de estas especies sea exitosa es muy baja, pero debido a que el número de intentos está ahora creciendo con mayor número de viajes de cargueros, y barcos cada vez más grandes, se juega tan frecuentemente a una especie de ruleta que la especie invasora tarde o temprano saldrá ganando”, subrayó Gastner.