La compañía tecnológica ha usado el bisturí para diseñar “desde cero” la octava generación del Kindle con el objetivo, según su responsable de diseño industrial, Willy Loor, de crear un dispositivo que permita al lector olvidarse del dispositivo y centrarse exclusivamente en la lectura.
El Kindle Oasis rompe la tónica de diseño rectangular homogéneo de sus predecesores: el cambio más evidente en él es la delgadez y la aparición de una zona de sujeción lateral, más gruesa (8,5 milímetros) y donde se concentran los componentes. El grosor del resto del dispositivo es de 3,4 mm.
Su pantalla táctil, de 6 pulgadas y resolución de 300 píxeles por pulgada, es más luminosa -sostiene Loor- y está acompañada de dos botones físicos para pasar las páginas.
Desde Amazon presumen de la ligereza del lector -pesa 131 gramos-, pero la reducción de su masa y su grosor tienen un coste: la autonomía del dispositivo se ve mermada. La batería dura dos semanas con un consumo diario de media hora de lectura, mientras que en su predecesor ascendía a seis semanas.
Para paliar este descenso, la tecnológica acompañará el lector de una funda-cargador que lleva la batería a las 9 semanas, pero el peso conjunto sube a los 234 gramos.
El terminal, que sirve exclusivamente para leer, costará 289,99 dólares en todo el mundo (similar al precio de una tableta iPad mini 2) y se puede reservar desde hoy, si bien las entregas comenzarán el 27 de abril.
El responsable del diseño industrial del Kindle, Willy Loor, reconoció abiertamente hoy en un encuentro con periodistas en Madrid que a la compañía dirigida por Jeff Bezos no le importan las ventas de hardware porque con lo que “hace dinero es con su uso”, con la compra de contenidos.
El Kindle Oasis convivirá en el mercado con el Kindle básico, el iluminado Paperwhite (el más vendido) y su predecesor Voyage.