La alerta fue emitida a raíz de un estudio de Phil Emnet, un aspirante a doctorado en Química de la Universidad de Canterbury, centrado en la presencia de residuos de productos farmacéuticos o contaminantes orgánicos emergentes vertidos desde estas bases.
Los residuos, que son potencialmente dañinos para el medio ambiente y la salud humana, “fueron hallados en las aguas costeras antárticas en concentraciones comparables a muchas áreas urbanas en el mundo” dijo la tutora de la tesis, Sally Gaw, en un comunicado de la universidad.
“Hallamos contaminantes en áreas costeras más extensas de lo que esperábamos. Es como si las condiciones ambientales, incluyendo el frío extremo, contribuyesen a la persistencia de estos compuestos en el agua de mar”, indicó la científico neozelandesa.
Gaw dijo que el estudio exige una reflexionar sobre el impacto de los desagües en la Antártida, ya que estos contaminantes son biológicamente activos y pueden tener un impacto adverso en los organismos marinos.
“La vulnerabilidad de estos organismos a estos contaminantes no ha sido estudiada aún”, indicó Gaw.
En este estudio, publicado en la revista científica Journal of Environmental Research, también participaron, Bryan Storey, de Gateway Antartica, y Grant Northcott, de la consultoría en investigación Northcott .